Seguramente el número contenido en el título del juego ya os habrá puesto sobre la pista de que nos encontramos ante una secuela. De hecho, ya al comienzo del juego se bromea sobre esto mismo. Simon, el protagonista, no recuerda al principio nada de lo acontecido en la primera parte. Cuando es transportado desde el mundo real a la tierra fantástica y se encuentra con el mago Calypso, al verse reconocido exclama mirando a cámara algo como: ¡¿Eso quiere decir que esto es una secuela?! Y sí, lo es. Es más, es una brillante secuela de un brillante original, hasta tal punto que aún hoy en día ésta sigue siendo una de mis aventuras gráficas preferidas.

Si Monkey Island fue no sólo el mayor referente para las aventuras gráficas sino también una parodia de las películas de piratas, Simon the Sorcerer era una doble parodia. Primero, una parodia de las novelas que transcurren en tierras fantásticas, tomando como primer referente el ciclo de las Crónicas de Narnia de C.S.Lewis, y como segundo a un montón de cuentos tradicionales que eran retomados y subvertidos con un fuerte sentimiento paródico (todo esto mucho antes de «Shrek» y con bastante más mala baba). Y en segundo lugar, Simon the Sorcerer era también indudablemente la respuesta al Monkey Island de LucasFilm. Aún diría más, era en muchos aspectos una parodia del Monkey Island que intentaba dar más de todo, reforzando especialmente el sentido del humor, que ya estaba muy presente en la aventura de LucasFilm.

Simon no pudo con el maestro (o así rezan las crónicas), pero fue por poco. Nunca contaría con el prestigio de Guybrush Threepwood, pero Simon se convirtió también en uno de los personajes más carismáticos y clásicos de las aventuras gráficas. Y ahora la pregunta es… ¿qué aportó Simon the Sorcerer 2 a la serie? Y la respuesta es sencilla: más de todo. Esta vez el referente a vencer era Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, y lo que aquí teníamos era nuevamente una parodia feroz de todo: del Monkey Island 2, del primer Simon the Sorcerer, de las aventuras gráficas… todo teñido con un humor a ratos surrealista y políticamente incorrecto, donde el héroe es más que nunca un verdadero antihéroe.

Pero entiéndase la palabra «parodia» no con su significado de «ridiculizar-criticar» las cosas, sino con el del amor y el homenaje a las cosas que se están parodiando. Ya desde el título del mismo juego, Simon the Sorcerer 2: The Lion, the Wizard and the Wardrobe, que parodia directamente al primer libro de las Crónicas de Narnia ya mencionadas anteriormente (The Lion, the Witch and the Wardrobe), el hecho de que Simon sea transportado al mundo mágico con la ayuda de un armario (el mismo Sordid, el malo del juego, comenta que lo había leído en un libro para niños), la presencia del swampling… todo conecta con el mundo creado por C.S.Lewis. Si a ello le añadimos una línea surrealista en los personajes cuyo referente más próximo puede ser esta vez Lewis Carroll y su Alicia a través del espejo e incluso los Monty Python, el resultado final es posiblemente una de las aventuras gráficas más hilarantes que se han hecho nunca.

Para los despistados, sabed que en la primera parte del juego Simon acababa destruyendo ─no recuerdo cómo─ al malvado brujo Sordid, tras lo cuál retornaba al presente en el mundo real. Bien, este juego comienza en el mundo fantástico de nuevo. Ahí tenemos al pequeño Runt, un mastuerzo tontorrón que sueña con convertirse en mago-brujo. Cuando su padre descubre que está leyendo un libro de brujería que pertenecía al mismísimo Sordid, le echa una regañina y le quema el libro. Pero, oh, ¡hados crueles! el libro libera el espíritu de Sordid, que toma a Runt como aprendiz.

Tras unos meses, una vez reconstruida la fortaleza infernal, Sordid utiliza un armario mágico para traer de vuelta a Simon, con dos intenciones principales: vengarse de él y utilizarle para un conjuro que le devolverá finalmente del mundo de los muertos. Sin embargo, algo sale mal, y aunque Simon es teletransportado de nuevo a Narnia, digo al mundo de fantasía, aparece precisamente ante las puertas de la tienda de Calypso, el mago que Simon salvó en la primera parte del juego. Y bueno, esto más o menos es lo que ocurre en la presentación. Luego aparecen los títulos de crédito, bastante divertidos con Simon y una escoba viviente en una serie de escenas dotadas de una brillante animación.

Y allá vamos con la estructura clásica de aventura gráfica. Al principio sales en un mapa de la tierra fantástica donde hay varios lugares a donde puedes ir: el castillo, la plaza mayor, el puerto, etcétera. Esto es una ventaja con respecto al primer juego, pues en el primer Simon the Sorcerer los desplazamientos se hacían un tanto pesados al principio.

Se supone que lo que estás buscando es un extraño combustible que dará la energía necesaria para volver a poner en marcha el armario mágico y poder regresar así al dulce hogar. Pero por supuesto las cosas se van a poner pronto mucho más difíciles y complicadas, y al final te las tendrás que volver a ver con el malvado Sordid y sus secuaces. Por el camino encontrarás a personajes que ya aparecían en la primera parte, como el swampling comebarro que ha abierto una exitosa cadena de locales de comida rápida. Pero, no te preocupes, también encontrarás montones de nuevos y extraños personajes que harán tu vida un poco más difícil.

La parte del interfaz era muy parecida al Scumm de LucasFilm, pero cuenta con ciertas peculiaridades. La primera, que los verbos de la parte inferior de la pantalla han sido sustituidos por dibujitos. Las acciones son en cualquier caso las habituales en esto casos: coger, usar, hablar, abrir, examinar… Los objetos de inventario también están representados con imágenes, como suele ser ya normal. Por último, a la hora de hablar tenemos el método que más me gusta a mí, pudiendo seleccionar entre distintas frases. A diferencia de otros juegos similares, aquí tendrás que elegir bien. No porque sea necesario, sino porque no puedes elegir todas las frases una detrás de otra para ver qué efecto hace cada una, así que tendrás que optar entre, por ejemplo, diversos chistes sarcásticos y machistas sobre las mujeres cuando hables con Alix, la nieta de Calypso.

Pero bueno, sigamos con la explicación. En pantalla hay puntos calientes, así que cuando pasas el cursor por encima de ciertos objetos se ven sus nombres, con lo que puedes interactuar sobre ellos de la manera que quieras. Dos cosas a comentar sin embargo: la primera, que el interfaz es ligeramente incómodo y no funciona tan bien cómo sería recomendable pero, bueno, lo mismo se podría decir de otros juegos similares. La segunda, que hay una ayuda en el juego; no tienes por qué usarla, pero ahí está. Apretando la tecla F10 brillan en pantalla todos los objetos con los que puedes interactuar, lo que supongo que puede venir bien si no eres muy observador, aunque un buen aventurero pasará de este tipo de facilidades opcionales. Supongo.

¿Cómo era esa frase? Sí, ya recuerdo: Una imagen vale más que mil palabras. Bueno, esto es un tanto discutible, especialmente si se es escritor, pero digamos que ciertas imágenes valen más que ciertas mil palabras. En todo caso, podéis mirar las fotos contenidas en este interesante análisis. ¿No os habíais fijado, eh? Pero bueno, para aquellos que todavía prefieran las palabras: tenemos gráficos en VGA con una resolución de 320X200 a 256 colores, con bonitos escenarios dibujados a mano y personajes muy bien animados para la época.

Si los gráficos del primer Simon the Sorcerer eran discutiblemente mejores que los de The Secret of Monkey Island ─versión VGA─, aquí vuelve a pasar lo mismo; y nuevamente los gráficos de Simon the Sorcerer 2 son muy similares a los de Monkey Island 2… quizás un poquitín mejores. Bueno, dejémoslo en que son por un estilo, con la misma alta calidad en las animaciones y expresiones faciales. Dado que también se puede jugar al Simon the Sorcerer 2 utilizando para ello el programa Scummvm (de hecho es de lo más recomendable), puedes subir también la resolución o hasta poner filtros gráficos varios para acabar con la pixelación o mejorar la experiencia visual. O dejarlo como fue hecho originalmente aunque ahora tengas un TFT de 21 pulgadas y se vean unos pixels del tamaño de una sandía. Tú mismo.

Hay que reconocer que debe de ser verdad el rumor ese de que los años pasan. En su tiempo, el sonido de este juego estaba muy bien. La calidad de la música dependía de la tarjeta de sonido que tuvieras, claro, pero las melodías en sí estaban bastante bien. Es cierto que no hay un tema como la melodía principal de Monkey Island, que todos podemos recordar por muchos años que hayan pasado, pero en todo caso la música de Simon the Sorcerer 2 es buena y adecuada al juego.

También tenemos efectos sonoros y, en la versión para cd-rom, voces para todos los personajes. Y a esto es a lo que me refería: en 1995, tener una aventura gráfica con las voces dobladas al español era algo magnífico, el no va más. Ahora sin embargo las oyes y te das cuenta de que la calidad de muestreo es muy baja y suenan como si fuera una radio, y que los actores tampoco están especialmente entonados. Pero vaya, por aquellos entonces no nos dábamos cuenta de estos detalles. El hecho de que tuviera voces ya marcaba la diferencia y era maravilloso en sí solo.

Dentro del campo de las aventuras gráficas, Simon the Sorcerer 2 es una de las largas. No sólo hay un buen número de pantallas, sino que, como tiene que ser, debes visitarlas varias veces. Además, una dificultad tirando a alta ayuda a alargar la vida del juego. Eso sí, a semejanza con los juegos de LucasFilm, y perdonad que insista en la comparación, pero es que los Simon the Sorcerer son lo más parecido que hay a los juegos de LucasFilm, hagas lo que hagas, por muy estúpido que sea, por muy peligroso que sea, por muy ofensivo que sea, no puedes morir. Así que ya sabes, a experimentar. Tampoco hay errores o bugs dentro del juego, así que todo es cuestión de darle al coco.

A mí al menos no me cabe la menor duda. Simon the Sorcerer 2 sigue siendo hoy en día una de las mejores aventuras gráficas que existen, gracias a sus puzzles y a su conseguido sentido del humor, aunque puede resultar algo dura para las nuevas generaciones, sobre todo por su interfaz, lentitud de movimientos y alta dificultad. En todo caso, si sólo os gustan las aventuras «serias» quizás es mejor que miréis hacia otro lado. Pero si sois de los que os gustan la saga Monkey Island, Day of the Tentacle, los Discworld y el Toonstruck… seguramente ya habréis jugado a este Simon the Sorcerer 2.

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