Año 1994. Ropa de colores chillones, funky, hip hop, peinados a lo Waldo Geraldo Faldo y, sobre todo, baloncesto callejero. La esencia cien por cien arcade de Street Hoop (conocido en Japón como Dunk Dream) aterrizaba en los salones recreativos de la mano de Data East en las navidades de ese año, sazonando el catálogo del hardware de SNK con 94 megas de deportiva originalidad que se alejaban de la interminable ristra de juegos de lucha que inundaban este particular mercado. Así, Data East llevaría un deporte inédito en los entornos Neo Geo, del mismo modo que aportaría una interesante dosis de variedad con WindJammers y Spin Master, todos ellos lanzados en el mercado nipón a lo largo de 1994.

Así, Street Hoop saldría con la vitola de ser un título único en su catálogo, a la par que en un terreno tan competitivo como el de las recreativas se atrevió a dar una buena patada en la entrepierna al primer NBA Jam de Midway, que con algo más de un año de ventaja había conseguido amasar una remarcable popularidad. Lo interesante es que Street Hoop se proclamaba como el juego macarra del barrio, rememorando en cierto modo las sensaciones vividas con aquel loquísimo Punk Shot que Konami lanzara en 1990. En esta ocasión, Data East retrata unos partidos de tres contra tres, pudiendo elegir entre las selecciones de varios países (en la versión norteamericana serían ciudades estadounidenses), cada una con sus propios atributos y estadísticas. Como no podría ser de otra manera, Street Hoop no contaba con licencias de tipo alguno, por lo que los jugadores carecían de nombre. Y la verdad sea dicha, ni falta que hacía.

Lo cierto y verdad es que el apartado visual era de suficiente, sin florituras técnicas de tipo alguno y con un diseño en general bastante discreto. Ni de lejos destacaba al lado de muchos de los títulos más populares de ese monstruo del 2D y del píxel llamado Neo Geo; pero esos sencillos gráficos bastaban para lograr a la perfección la ambientación deseada por los desarrolladores. Ayudaba sobremanera un plantel sonoro apoyado por un puñado de melodías de corte funky y rapero, con bastantes samples vocales más que capaces de meternos de lleno en el ambiente callejero. Cada partido acompañado de estos temas era una auténtica subida de adrenalina para ser el gallo del barrio (os recomiendo que escuchéis la pista “Funky Heat”). También era digna de mención la voz de un comentarista que nos da la brasa durante todo el encuentro, metiéndonos aún más en situación.

En cuanto a la jugabilidad, cabe decir que Street Hoop era un arcade que huía de complicaciones, utilizándose tan solo dos botones para brindarnos lo mejor del juego. Y es que, si algo había hecho bien Data East con esta obra es la de propiciar un fantástico triple al concepto diversión. Precisamente, al ser un arcade realizado con las recreativa de salón en mente, progresar contra la máquina podría llegar a ser complicado, con una dificultad que aumentada lo suyo por cada partido avanzado. Sin desestimar estas opción, lo realmente entretenido era ─y sigue siendo─ el jugar contra un amigo, garantizándose los piques para ver quién era el amo de la cancha. Ahí destacaban ante todo los súper mates, con nuestros callejeros baloncestistas volando por los aires en lo que era un escandaloso espectáculo visual con el que humillar al contrario entre los vítores del público.

Street Hoop contó con una fallida secuela un año después, Dunk Dream 95 (Hoops 96 en el territorio europeo), que dejaba de apoyarse en el hardware de Neo Geo para alimentarse de la placa DECO MLC System. Desgraciadamente, el ritmo de juego era más atropellado, y el aspecto en general, a pesar de contar con llamativos zooms y un mayor número de frames para las animaciones, se antojaban de lo más feos en su diseño. Por su parte, el original Street Hoop, de lo más cotizado actualmente en su versión Neo Geo, también asomó su desenfrenado gameplay en la consola virtual de Wii, concretamente en el año 2010.

Otros videojuegos a la usanza de NBA Street (de Electronic Arts) siguieron la misma estela bastantes años después, y por lo general portando la esencia de este viejo clásico con bastante dignidad… pero eso ya es otra historia. A nivel personal diré que Street Hoop fue un juego que aumentó mi vocación por el baloncesto. Dejado de lado el hecho de jugar en un equipo y ganar algún que otro torneo, prevalecen en mis recuerdos las tardes de tres contra tres al más puro estilo callejero, luciendo cada “gallo” sus mejores botines, con la radio ─a pilas, por supuesto─ puesta a todo volumen, escuchando música y apostándonos la supremacía de la cancha al equipo que consiguiera 20 puntos, tomando como referencia, claro está, este Street Hoop.

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