boxComo muchos sabrán, hablar de MSX es hablar de Konami; y si ya hablamos específicamente de MSX2, la cosa está hasta casi más clara. Cuando todavía pocas compañías se dedicaban a realizar títulos exclusivos de gran calidad para esta plataforma, fue Konami la que abrió el cajón desastre… y tal vez fue también quien lo cerrara a principios de los 90. Corría 1987, un año después del lanzamiento de la segunda generación del estándar japonés, y los ya famosos desarrolladores de Gradius, Knightmare y demás joyas ya podían presumir de haberle cogido bastante el truco a eso programar para él, como demostrara de manera magistral con Vampire Killer y Metal Gear. Uno de los últimos golpes de efecto que dieran para la norma se presentaría en la forma de The Treasure of Usas, un cartucho que, si bien no revolucionó el género, sí que nos traía algunas ideas que eran sumamente refrescantes y originales.

Hace miles de años, la guerra que había entre los dioses Induras y Usas acabó con la victoria del primero. Además, para que Usas no volviera a alzarse contra él, Induras partió su más preciada gema en cuatro partes, las cuales distribuyó entre las más famosas ruinas de la zona de Birmania. Ya en nuestros días, el profesor Atley, un eminente arqueólogo y paleontólogo, descubrió una serie de ruinas en el citado país. Atley confía a Wit y Cless la misión de internarse en esas ruinas para recuperar los trozos de la gema de la diosa Usas, puesto que si se vuelven a unir en su palacio sucederá algo bueno. Con su jeep, Wit y Cless se acercan a las primeras ruinas… y aquí será donde comience el juego.

Treasure of Usas es un juego de acción y plataformas dividido en cinco ciudades en ruinas. Cada una de esas ciudades tiene cuatro puertas, que nos conducirán a sendos mundos ─con un mid boss al final de la fase─ y una quinta puerta que nos trasladará a un final boss que custodia una de las piezas de la gema. Una vez superado este enemigo, pasaremos a la siguiente ciudad (cabe destacar que varias de estas ciudades son ruinas reales). Cada vez que vayamos a pasar por una de esas puertas, tendremos que decidir quién entrará. Wit, canijo y alto, va armado con una pistola, mientras que Cless, más pequeño y rechonchete, es un experto en artes marciales. Si uno de los protagonistas muere, podremos rescatarlo con el otro al final de dicha fase. Si mueren ambos, el juego se habrá acabado.

Donde Usas se nos hace más original es en cómo deberemos superar la fase. Nos explicamos: mientras jugamos podremos encontrar unos kanjis (letras japonesas) que describen un estado de ánimo: normal, contento, triste o enfadado. Cada estado nos aportará un ataque distinto, y en algunos casos, unas habilidades especiales. Al final de cada fase nos encontraremos una puerta con un kanji dibujado, sin el cual no podremos abrirla y enfrentarnos al boss de esa fase. El orden siempre es el mismo: la primera fase tendremos que pasar con el kanji de “felicidad”, el siguiente con el de “furia”, el siguiente con el de “tristeza” y el último el estado “normal”. Os avisamos que al principio puede costar distinguir algunos kanjis, para lo cual siempre recomendamos bajar un poco el contraste o la intensidad del color de nuestro televisor. De vez en cuando tendremos que resolver puzzles, frecuentemente basados en mover y apilar piedras que debemos empujar para solventar peligros y llegar a zonas inaccesibles. Dependiendo del estado emocional, moveremos las piedras más o menos rápidamente… o no la podremos mover, cosa que ocurre en el estado “contento”. También gracias al estado emocional muchos enemigos huirán de nosotros en vez de encararnos (estando “contento” o “furioso”).

Otra característica original del juego es que podremos potenciar a nuestro personaje en un par de aspectos. Al principio, Witt es lento, pero tiene un salto más amplio; mientras Cless salta menos pero es más rápido. Estas estadísticas están basadas en estrellas: para mejorarlas tendremos que canjearlas por el dinero que encontraremos en las fases, y pulsando F1 entraremos en la pantalla de estatus. Además de esto, siempre podremos regenerar vida intercambiando cada punto por diez monedas. Al final del juego podremos encontrarnos con que ambos protas tendrán los mismos atributos de salto y velocidad al máximo, algo que tampoco recomendamos para no hacer los personajes demasiado incontrolables.

Por su parte, a nivel técnico The Treasure of Usas es sobresaliente, un Konami de pura cepa. Los decorados están realizados con una belleza pocas veces vista en los ocho bits, con un colorido muy bueno y un diseño arquitectónico de lo más variado, lleno de detalles. Los protagonistas tienen una animación suficiente, en especial Cless y su buen repertorio de golpes. Variados son los enemigos, y se irán presentando nuevos conforme pasemos fases y ciudades, aunque algunos de ellos ─como los zombis verdes─ se nos antojan bastante repetitivos. Mención especial para los fantasmas y diablillos azules: podremos matarlos ya sea a golpes o disparos, o bien pisándolos; los chafaremos con un gracioso sonido agudo. Los diablillos por su parte tienen unas simpáticas animaciones para subir a través de los escalones, que para ellos serán como muros.

Los bosses por su parte son demasiado repetitivos: hay cuatro, los cuales reiterarán su presencia en las siguientes ciudades, variando tan solo la habitación. El primero de ellos es una especie de sol que nos lanzará llamas e irá flotando a través de la habitación. El segundo es una cabeza de demonio que se dedicará a comerse el escenario y lanzarnos piedras. Si se come el suelo y caemos, moriremos directamente. El tercer jefe es una especie de infantil lagarto gordo que se dedicará a escalar la pared y a tirarse al suelo haciéndose pupa (y comenzará a llorar)… ¡sus lágrimas nos harán daño! El último monstruo es un demonio que se dedicará a levantar piedras, pudiendo dejarnos encerrados sin posibilidad de hacer nada más que disparar (en el caso de Wit) o morir (caso de Cless). Los final bosses de cada ciudad son distintas variaciones del primero, con más puntos donde golpear y más “gadgets” que nos lanzará para acabar con nosotros.

Por otra parte, la animación en plan super deformed de nuestros protas muriendo son bastante graciosas. Cada vez que terminemos una fase se nos premiará con una secuencia animada, en algunas ocasiones bastante simpática. No obstante, cabe comentar la ausencia de scroll en Usas; pero también es verdad que el desarrollo está específicamente diseñado sobre el concepto de ‘pantalla a pantalla’, con una estructura de habitáculos ideada para equilibrar la jugabilidad sobre tal fin. Y qué deciros de la banda sonora… es de lo mejor que jamás se nos haya otorgado por parte de Konami al MSX. Aunque usa el sonido PSG original del sistema (sin SCC, como hasta entonces nos había acostumbrado la compañía nipona), la calidad de las composiciones es magistral, desde la canción de la introducción a la de cualquier fase o el final. Personalmente, os recomendamos que oigáis la del segundo mundo o la del último. Los efectos de sonido son los propios de cualquier juego medio: son efectivos y cumplen sin molestar.

El manejo es muy muy bueno, con un plataformeo que nos exigirá coordinación y ciertas dotes de “timing” a la hora de disparar y saltar. Conforme vayamos ganando dinero, podremos poner a nuestros protas al nivel que nosotros queramos para que sus saltos sean más controlables. Por otro lado, el juego tiene una dificultad bastante alta, sobre todo la última ciudad. Nos encontraremos enemigos muy bien situados, con patrones de movimiento que nos puede poner las cosas ciertamente difíciles, diseños bastante laberínticos y algunas zonas con pinchos que nos auguran la muerte directa. Para suavizar la dificultad ─y que no tengamos que echar las oportunas horas en recorrer las fases que previamente nos hicimos─ tendremos un sistema de contraseñas donde podremos introducir el nombre de la ciudad a la que queramos ir. Para introducir la contraseña, lo haremos en la pantalla principal pulsando la tecla Ctrl.

Para terminar, querríamos decir que es muy difícil concentrar en tan pocas palabras qué supuso The Treasure of Usas para los jugadores de MSX2 y para los amantes de los juegos en general en aquella época. Fue un cartucho que, debido a la plataforma en la que salió, nunca gozó de la popularidad de otros como The Maze of Galious, Metal Gear o Gradius/Nemesis, ya que nunca gozó de conversión a otro sistema, ni siquiera a Famicom. Todo un gran videojuego cuyos fans esperan que algún día Konami lo saque del desván y decida actualizarlo a las consolas actuales… o por lo menos nos lo vuelvan a traer en formato de descarga digital para Xbox Live Arcade, PSN Store o Wii Ware. Los lectores pueden preguntar a cualquiera que haya tenido un MSX2 por los cinco mejores cartuchos que recuerden; a buen seguro que uno de ellos siempre estará ocupado por The Treasure of Usas.

1 COMENTARIO

  1. Grande Uda!
    Fui de los afortunados que pudo jugar allá en el 87 cuando salio.
    30 años despues de vez en cuando lo pongo solo por oir sus preciosas melodías, grabadas a fuego en mis tímpanos.
    Konami nos regalo auténticos juegazos, joyas que nunca moriran.

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