El panorama actual de los juegos de conducción está colmado de grandes títulos. Ahí tenemos nombres como los Forza, DriveClub, The Crew, DIRT Rally o los últimos Need for Speed. Sin duda es un buen panorama para los amantes del motor, pero lo cierto y verdad es que no somos pocos los que echamos de menos un buen arcade de carreras. Aquellos tiempos de bonanza para este tipo de juegos parecen hoy lejanos, quedando en el recuerdo títulos como Burnout, Out Run 2 o, por qué no, clásicos festivos como Sonic & All-Stars Racing Transformed o los Mario Kart.

Flatout era uno de los máximos exponentes en eso de la conducción más loca. Todavía hoy se puede adquirir para PC la primera entrega a través de FX Interactive ─y a menos de lo que vale una Coca Cola─, mientras que la secuela se puede adquirir en Steam. Además, no es complicado encontrar en los comercios de segunda mano la remasterización que sufrió esta segunda entrega en Xbox 360, Flatout: Ultimate Carnage, ejemplar que sin duda alguna es el mejor juego de toda la franquicia (y que también podemos encontrar en Steam). Eso sí, ni se os ocurra probar suerte con Flatout 3, lanzamiento catastrófico donde los haya.

La ausencia de la mano de Bugbear (ocupados desde hace bastante tiempo con el desarrollo de Wreckfest) se notó sobremanera en un título de lo más mediocre. Y es que Flatout 3 venía de la mano de Team 6 Studios, un grupo del que se puede decir que, de todos sus lanzamientos en Steam, no hay ninguno que tenga en la media de sus valoraciones una mano azul con el pulgar arriba. Afortunadamente, este Flatout 4 que nos trae la buena gente de BadLand Games ha sido realizado por Kylotonn Racing Games, autores de Motorcycle Club o los últimos WRC. No es que tengan un currículum lleno de juegos excepcionales, pero sí que han demostrado sobradamente ser más capaces que los ya mentados Team 6 Studios. Por lo tanto, que Flatout vuelva a la vida a través de estas manos tras el desastre de la tercera entrega es muy de agradecer.

Y no nos equivocamos enjuiciando con los datos antes citados: Flatout 4 es un arcade de carreras más que decente. Y con mucho que ofrecer. Es cierto que no llega a los niveles de excelencia de Ultimate Carnage; ni siquiera en lo técnico, lo cual llama la atención tratándose de un juego que está a punto de cumplir la década. Pero sí hay que decir (y bien alto) que está a años luz del esperpéntico Flatout 3. En este término medio, el trabajo de Kylotonn es tremendamente fiel al concepto original de Bugbear, manteniendo el mismo espíritu en las carreras, haciendo hincapié en unas físicas excepcionalmente trabajadas y proponiendo unas pruebas aún más locas que las de los clásicos. Carreras aparte, el poder jugar al golf con los pilotos ragdoll, a los bolos, al billar, pasarlos por aros de fuego, lanzamiento de longitud… es un desfase muy, pero que muy entretenido, creedme.

La modalidad principal ofrece una “campaña” con la que iremos progresando a lo largo de distintas carreras, pasando, cómo no, por los distintos circuitos que ofrece el juego. No existe una gran variedad en lo que a entornos se refiere, pero en sí el número de circuitos no está mal, con una veintena de recorridos en los que soltar chapa. Tendremos la posibilidad de correr a la vieja usanza, vérnoslas con los rivales en una arena al más puro estilo Destruction Derby, o llevar a cabo una competición con nuestro vehículo armado a la usanza del añorado Twisted Metal. Todo esto con casi treinta vehículos de muy distinta índole: deportivos, furgonetas, coches al estilo de los años 30, viejos utilitarios cien por cien rednecks…

A nivel gráfico estamos ante un lanzamiento cumplidor. Se echan en falta como el comer unas sesenta imágenes por segundo que, todo hay que decirlo, se me antojan imprescindibles para este género ─algo que siempre echaré en cara a todos los juegos de conducción que adolezcan de ello─, pero el motor propietario de sus desarrolladores es sólido y se porta demostrando solvencia en situaciones bastante comprometidas (repletas trozos de metal volando y partículas varias). El arte en general no busca convencer por su belleza, pero dado el marco de circunstancia también cumple con su cometido. Por su parte, la banda sonora posee temas cantados y con mucho guitarreo gamberro, muy acorde con la dinámica. Sí me han gustado mucho los sonidos, con efectos realmente conseguidos que acaparan los altavoces por su contundencia y claridad.

Asumiendo la dinámica que nos ofrece este lanzamiento, podremos encontrar en Flatout 4 muchísimas horas de diversión. Han sido sabiamente dosificadas a lo largo de las distintas y variadísimas modalidades propuestas (online inclusive), siendo mucho más que un simple juego de carreras. No obstante, y dejando de lado los combates en la arena o las psicóticas pruebas de lanzar nuestro piloto, como arcade de la vieja escuela es oro puro, plasmando una diversión a la que difícilmente se le pueden encontrar fisuras. Puede que el viejo Flatout: Ultimate Carnage se siga mostrando imbatible, pero encontrarnos en Xbox One y PlayStation 4 con una propuesta tan directa en esto del motor es algo muy de agradecer.

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