Los simuladores de construcción y gestión son un género de lo más interesante. Destacan generalmente por ofrecer multitud de posibilidades y variables que hacen que cada partida sea completamente diferente. A lo largo de los años he podido disfrutar de simuladores de todo tipo: gestión de ciudades con Sim City, evolución de civilizaciones con Civilization, gestión de parques de atracciones con Theme Park… ¡Incluso de empresas de videojuegos! (¿para cuando un videojuego de gestión de revista de videojuegos online?) Pero ¿cómo funcionaría un programa de este género donde nos tocara gestionar una prisión? Prison Architect, de Introversion Software, nos responde a esta pregunta.
Y es que, si se piensa con lógica, administrar una prisión es como gestionar una ciudad en Sim City, pero a una escala más pequeña. Tenemos que controlar la energía eléctrica, el agua corriente, los recursos para construir nuevos bloques, la comida y el estado y necesidades de los prisioneros, los empleados, las patrullas de los guardias, etc… ¿Cuál es la gran diferencia? Que en este caso nos vamos a encontrar con situaciones muy complejas y cuestiones éticas teniendo en cuenta el contexto del juego. Que no nos engañe el aspecto gráfico; vamos a toparnos con situaciones muy crudas y realistas en Prison Architect.
Para empezar con Prison Architect se nos ofrece un modo llamado ‘Historias de Prisión’ que está formado por cinco niveles. Sería el modo campaña del juego, que a su vez hace la función de tutorial y en cada historia nos explican las técnicas básicas para gestionar una prisión. Construir instalaciones, crear programas de desintoxicación para los presos, realizar demoliciones, inspeccionar celdas, contratar personal, repeler motines de prisioneros… En definitiva, tenemos muchas opciones y elementos para gestionar. Cada historia de este modo gana en dificultad, y además disponemos una serie de objetivos opcionales que nos motivan a repetir el escenario.
Después tenemos el modo principal, desde el cual podemos gestionar una prisión pero ya a un nivel más masivo, controlando todo tipo de elementos. Existen de dos opciones: empezar directamente con una prisión ya construida y con todos los elementos importantes ya instalados ─en el modo alcaide─ o, directamente, construir desde cero nuestra prisión y después gestionarla en el modo arquitecto. El objetivo, como suele ser habitual en este tipo de programas, es aguantar lo máximo posible gestionando los recursos de la cárcel, los prisioneros y obtener beneficios que nos permitan ir mejorando el conjunto.
En ambos modos podemos cambiar una serie de factores que alteran la campaña. El nivel de dificultad, la cantidad de dinero que disponemos al principio, la actitud de los prisioneros (si son más violentos o no) o el alcaide que vamos a representar (cada uno con una habilidad diferente que facilita algunos aspectos). El nivel de dificultad también determina la probabilidad de que puedan suceder problemas, a la usanza de motínes, secuestros, incendios, etc. Si ponemos la dificultad al máximo, afrontaremos un auténtico reto. Si lo deseamos, podemos también descargar la prisión personalizada de otro jugador para probar otro punto de vista.
Cuando estamos en el modo principal, la cantidad de opciones y el nivel de la gestión abruma. Por eso es vital ir poco a poco, y empezar con el tutorial que nos va explicando parte a parte dónde se encuentra todo y cómo funciona. El interfaz del juego nos permite controlar un puntero para observar cada elemento de la prisión (incluyendo prisioneros), y en la cruceta accedemos a las funciones de construcción, contratación de personal, informes, investigación de nuevos recursos/tecnologías y las emergencias… que en este juego vamos a tener muchas situaciones de esta índole. A la hora de construir podemos extender fácilmente los elementos para fabricar nuevos edificios, tuberías, cables, etc.
Prison Architect nos ofrece una vista cenital desde donde observamos todo el terreno de la cárcel, los reclusos y el interior de los edificios. Los presos, guardias y empleados de la prisión se nos muestran como unos muñecos muy simples, aunque eso no afecta en absoluto a la hora de representar situaciones peliagudas en la prisión. En el modo historia también tenemos una serie de imágenes más detalladas que nos informan de la trama. Es posible que el aspecto gráfico eche un poco para atrás, pero se compensa con creces con la cantidad de opciones que ofrece el trabajo de Introversion Software.
En conclusión, Prison Architect es un gran juego de gestión. Me ha sorprendido la cantidad de opciones que ofrece, y sin duda es uno de los mejores títulos a la hora de representar cómo es la gestión de una prisión. Una cita ineludible para todos los fans del género que, por encima de todo, se hayan preguntado en alguna ─y extraña─ ocasión al respecto de cómo sería eso de gestionar una cárcel.