Algo tan grande como la obra de Ken Follett, ‘Los Pilares de la Tierra’ sólo podían trasladarlo a su versión de ocio electrónico la compañía alemana Daedalic. Ya han demostrado en varias ocasiones que, a día de hoy, en el género de las aventuras gráficas saben lo que hacen. Títulos como The Whispered World (2009), Anna’s Quest (2015) o la conocida saga Deponia (Deponia y Chaos en Deponia en 2012, Goodbye Deponia en 2013 y, finalmente, Deponia Doomsday del 2016) o Silence (2016), la secuela del antes mencionado The Whispered World que también dio el salto a las consolas de actual generación, son demostraciones de lo bien que pueden hacer perdurar en el tiempo un estilo de juego, que pese a que mucha gente piense que ya está obsoleto, Daedalic nos demuestra una vez más con este Ken Follett’s: The Pillars of the Earth que saben cómo revitalizar este género conocido también como ‘point and click’. Cabe destacar que, pese al gran volumen de títulos de la compañía pertenecientes a las aventuras gráficas, también tienen entre sus filas juegos relativos a otras corrientes, como el RPG Blackguards 2 (2015), aunque sin lugar a dudas, este sello alemán es sinónimo de aventura gráfica y de gran calidad, como vamos a ver con este ejemplo que hoy nos emplaza.
La primera vez que te sientas frente a Ken Follett’s: The Pillars of the Earth tienes una sensación de que vas a jugar a una aventura muy basta, algo demasiado largo o incluso aburrido; pero no, para nada, no tardas más de diez minutos ─después de haber realizado un pequeño tutorial─ en darte cuenta de que todas esas sensaciones se te acaban de ir al traste. Arranca la historia de una manera muy fiel al libro y con un ritmo endiablado, con una bellísima narrativa solo digna de una gran superproducción de Hollywood. De hecho, en parte de los teasers que había por la red antes del día de su salida, podíamos leer que se trataba de una novela interactiva, y lo cierto que no mienten para nada.
Volviendo a lo comentado más arriba, la narrativa te lleva a momentos mágicos, como cuando un personaje explica una situación y vemos cómo el paraje donde estábamos se va tornando poco a poco en lo que estamos oyendo por dicho personaje, con una sensibilidad y belleza asombrosa. No es para menos, contando con que todos los escenarios ─más de 200─ y gran parte del apartado gráfico está diseñado a mano por Manuel Vormwald, dotando al juego de unos decorados y paisajes que te transportan de pleno a los parajes descritos en la obra magna de Ken Follett; además, las animaciones y diseños de los personajes creados por Simone Grünewald pueden recordar a ciertas series de nuestra infancia, lo cual el conjunto del apartado artístico del juego resulta realmente entrañable.
Como buen título de género y siguiendo el nivel al que Daedalic nos tiene acostumbrados, estamos delante de un juego clásico dentro del mundo de las aventuras gráficas, con todos sus alicientes y virtudes. En nuestro país llega con unos estupendos subtítulos en castellano (y unos diálogos en inglés o alemán que podremos cambiar en el caso que más nos convenga), y con las voces de actores de la talla de Glen McCready en el papel de Philip, quien ha trabajado poniendo su voz en otros títulos como Sacred 3 o Risen 3 Titan Lords; también tenemos a Naomi Sheldon en el rol de Aliena, y a Cody Molko y Alex Jordan como las voces de Jack joven y adulto. A este último también podemos oírlo en aventuras como Sherlock Holmes: The Devils Daughter o, también de Daedalic, Deponia Doomsday, entre otros. Como curiosidad, mencionar que el mismo Ken Follett prestó su voz para el papel de The Cantor o Chantre, algo que ya te hace darte cuenta delante del tipo de obra de la que estamos hablando. Y es que nos encontramos con unos títulos de crédito que bien podrían aparecer en cualquier película estadounidense, y con una banda sonora espectacular, que luego haré mención más detenidamente.
Al inicio de la aventura nos exponen la posibilidad de hacer un tutorial bastante sencillo que los ya duchos en este tipo de género obviarían… a no ser porque este te crea un pequeño interés por manejar a personajes que más adelante conoceremos; y por supuesto, en dicho tutorial nos mostrarán los nuevos menús, acciones y pistas que este Ken Follett’s: The Pillars of the Earth nos brinda como innovación al género, pese a que algunas de ellas ya las habíamos visto en otros títulos de este estilo. A lo largo de la aventura viviremos situaciones que, por medio de nuestro puntero, iremos sorteando usando las mecánicas habituales de los juegos de este tipo: menús, el uso e intercambio de objetos y algo más a lo que me he tomado la libertad de bautizar como “objeto-tema”. Dicho “objeto-tema”, por llamarlo de alguna manera, consiste en, que en ciertos momentos de la historia, tendremos pequeños objetivos que hacer, pequeñas metas como por ejemplo conseguir piedras, hacer un fuego o incluso encontrar agua potable. Una vez tengamos claro dicho objetivo, nos aparecerá un icono como si de otro objeto se tratase, pero este se usa únicamente para entablar conversación con otros personajes acerca del tema u objetivo que buscamos. Digamos que funciona como una especie de ruta directa hacia posibles pistas que nos den a lo largo de nuestros diálogos.
También quiero destacar las partes en que nos toparemos con puzles que tendremos que resolver de la mejor manera, y momentos en los que tendremos que elegir la respuesta o acción adecuada, según lo que vayamos haciendo podremos conseguir que la historia o personaje vaya teniendo vivencias diferentes a las escritas por Ken Follett en el libro, es decir, que el término “novela interactiva” cobra mucho más sentido sobre todo en momentos como esos, veremos escenas y desenlaces que no conocían los lectores de la obra original. Los mismos creadores y diseñadores de este mastodóntico juego, Matt Kempke y Kevin Mentz, declararon esto en una nota de prensa: «Tomamos el material procedente del libro completamente aparte y lo volvimos a reunir como una experiencia única para el jugador. Hemos conservado la historia principal, pero por supuesto un juego nos da más libertad para agregar la toma de decisiones y la interacción». Y una vez te pones a los mandos de la aventura se nota el mimo y el cariño por la obra original y por el género en cuestión.
También algo realmente interesante es que, cuando acabamos cada pequeño episodio, se nos calificará la manera en la que hemos resuelto la situación. Este punto es una de las cosas que crean más adicción e invitan a repetir alguna de estas situaciones una y otra vez… si hemos salvado con anterioridad, claro. Situaciones de este tipo, como asistir a un parto, por ejemplo, son escenas de esas que marcan la diferencia del resto de aventuras gráficas hasta la fecha. Otras mecánicas curiosas son que, de vez en cuando, algunas de las acciones más comunes, como cazar, lanzar piedras o romper el hielo de un pequeño lago, nos ofrecen un pequeño reto de sincronía, aparece una línea con ciertas zonas en verde y un punto que va cruzando todo lo largo de dicha línea; deberemos demostrar nuestra habilidad y detener el punto dentro de una de esas zonas verdes, y una vez lo hayamos conseguido, la acción en concreto habrá sido exitosa y podremos continuar con nuestro objetivo. Estas pequeñas incursiones de acción entre medio de la historia pueden llevar a pensar que te desconecten de la aventura, pero mi sensación ha sido todo lo contrario, son acciones que para el personaje suponen un esfuerzo, una concentración, realmente extrapolan ese sentimiento al jugador y hace que te sientas mucho más dentro de la piel del héroe que llevamos en ese momento.
La narrativa de The Pillars of the Earth te lleva por momentos a meterte en la piel de Tom Builder o de otros individuos que conocemos en el libro, pero el gran peso de la historia se centra en tres personajes: Jack (el paria), Aliena (la noble) y Philip (el monje), intercalando el control de cada uno de ellos de una manera sencilla, clara y muy intuitiva, haciéndote sentir que estás delante de una auténtica obra del séptimo arte. Tanto es así que, como decía en párrafos anteriores, gran parte del mérito de que te hagan sentir dentro de esa ambientación tan bien lograda de Shiring o de Kingsbridge, que casi puedes respirar esa niebla que envuelve el priorato, es sin duda la banda sonora, magia pura convertida en música a cargo de la FILMharmonic Orchestra Prague, quien ya ha compuesto infinidad de piezas para otros videojuegos como Mafia 2, The Darkness 2, Too Human, STALKER: Shadow of Chernobyl o Age of Empires 3, y también muy dignos sus trabajos para filmes como «Hostel» y «Hostel 2» de Eli Roth o «El Teniente Corrupto» de Werner Herzog.
La aventura está dividida en tres partes. Esta primera engloba siete capítulos dentro del primer libro llamado ‘De las cenizas’; el segundo, con siete capítulos más, llevará el título de ‘La Siembra del Viento’; y un tercer libro, con otros siete capítulos y de nombre ‘El Ojo de la Tormenta’, estos dos últimos libros irán saliendo a lo largo del próximo año a modo de contenido descargable. The Pillars of the Earth llegará para casi todas las plataformas de nueva generación, o sea PS4, Xbox ONE, PC, Mac y Linux, y también contará con una edición especial, con el primer libro y el pase de temporada (para poder descargar los otros dos libros siguientes sin coste adicional), un libro de postales con arte e ilustraciones en papel de gran calidad, un flipbook con una animación completa, un puzle con la portada del juego y lo más interesante para mí, la banda sonora original. Solo por esto último ya merece la pena.
Para concluir, Daedalic ha construido un juego clásico con alicientes muy nuevos y buenos que funcionan extremadamente bien, con puzles muy lógicos, con el toque correcto de dificultad, y un apartado artístico impresionante, desde sus más de 200 escenarios pintados a mano, hasta sus partituras en la melodías por parte de la FILMharmonic Orchestra de Praga. Reescribe de una manera respetuosa y fiel la enorme obra de Ken Follett, dando a elegir al jugador si seguir la senda del libro o, por medio de sus decisiones, cambiar el final de alguno de los personajes o el devenir de algunos de los sucesos que escribió el autor. Todo esto hace que la experiencia de juego sea algo precioso, que todo jugador amante de los ‘point and clicks’ clásicos no deben dejar escapar, e incluso también todo aquel que aún no haya disfrutado del libro que da nombre al juego. Esta vía sería una muy digna manera de conocer esta historia, que con el paso del tiempo cada vez gana más en valor, belleza y tamaño. Un juegazo como una catedral.