Una de las quejas más habituales relativas a los lanzamientos VR es la falta de profundidad de muchos de sus juegos. Se recurre muchas veces incluso a la hipérbole, nombrándolos “demos tecnológicas”, “juegos de galería de tiro” y demás calificativos despectivos. En su momento este tipo de críticas tuvieron su parte de razón, pero lo cierto y verdad es que hoy día este tipo de afirmaciones han perdido todo el sentido con el influjo de títulos modernos que está recibiendo esta tecnología todavía en pañales. Fallout 4 VR podría ser junto con Skyrim (no en vano los dos juegos son de Bethesda) uno de los títulos para realidad virtual con más contenido y al que mayor número de horas echarle.
Como se suele decir, cuidado con lo que deseas porque al final acaba cumpliéndose. Y es que no cabe duda de que este título es un valor seguro, pero también es cierto que Bethesda hace un poco de trampa al portar esta clase de juegos. Y es que, en relación a lo que pudimos ver en su port de Skyrim para PlayStation VR hace unos meses, resulta que básicamente ya tienen gran parte del trabajo realizado, y solo están adaptando un videojuego ─uno al que ya sacaron su partido en su día─ a la realidad virtual… Y por desgracia eso se nota en el producto final.
El mundo de los videojuegos VR aún está dando sus primeros pasos. Vemos cómo muchos desarrolladores se van adaptando poco a poco a esta nueva manera de jugar, de experimentar y de visualizar el ocio electrónico; y como todo comienzo, los primeros pasos no suelen ser fáciles ni todo lo satisfactorios que debiesen. Y uno de los mayores cambios a los que los usuarios de VR deben adaptarse es el control, prácticamente la base que empieza a definir las nuevas experiencias y lo que marca la diferencia entre adaptar tu juego o portar una versión ya existente. Y es aquí donde productos como este Fallout ─o incluso Resident Evil VII─ tienen su mayor problema, que se nota que son juegos adaptados, y no creados desde cero; y hacen que la experiencia, aunque si bien resulta inmersiva, sea menos de lo que podemos experimentar en títulos como, por poner un ejemplo, Lone Echo.
El desarrollador nos da una miríada de opciones para movernos: desde el ya por algunos temido teletransporte y el no siempre agradable movimiento libre, este último pudiéndolo configurar y ajustar a nuestro gusto (algo esencial debido a los límites de confort para VR que tiene cada usuario). La representación en realidad virutal del pitboy cumple su cometido; ya no tanto las armas, que si bien pueden visualizarse en tiempo real, al no tener brazos que las sujeten rompen un poco la inmersión. Pero es en la interacción con el escenario donde empezamos a ver más problemas, y donde más se resiente el juego a la hora de poder meternos dentro de él. Es un cambio bastante brusco el de poder manipular las armas en tiempo real para luego darnos cuenta de que no podemos hacer lo mismo con los elementos del escenarios. Puede pareceros una tontería, pero el simple detalle de no poder interactuar con nuestro perro en VR nos deja un mal sabor de boca, y a este respecto podemos expandir lo del perro al resto de interacciones del juego.
Fallout 4 VR es visualmente bastante notable. Como dije al principio del presente texto, en Bethesda juegan con un poquito de trampa, ya que tenían prácticamente todo el trabajo realizado. Sí, es un juego triple A que se estrenó hace unos años para ser jugado en pantalla plana; y aunque en su momento quizás no fuese el lanzamiento más destacable en lo tocante a gráficos, lo justo era tenerle en cuenta el tremendo tamaño del escenario y todo lo que nos vamos a encontrar durante su desarrollo. Y si ya entramos en comparaciones con otros trabajos en VR de bastante menor presupuesto, hay que decir que sale muy bien parado… aunque ya os aviso que es recomendable tener un buen PC, porque es exigente en este aspecto. Cabe mencionar que, al menos en la versión review, Fallout 4 VR no lleva ninguno de los DLC que salieron a posteriori. Sí conserva la perfecta localización al castellano, con todos los textos y voces traducidos a nuestro idioma.
Y con esto voy a hacer la principal reflexión de esta crítica, por encima de detenerme en detalles técnicos leídos de un manual (que siempre podréis consultar). ¿Qué no da realmente Fallout 4 VR? Pues, aunque parezca que la review tiene un tono bastante negativo, esta iteración de la franquicia de Bethesda para realidad virtual es un producto muy recomendable para todo usuario ─de HTC VIVE, eso sí─ que quiera experimentar un juego de largo recorrido en su sistema. Es algo que muchos jugadores quieren y desean, el perderse en un mundo virtual lo más elaborado posible, y gastar horas y horas disfrutándolo… Y eso es lo que nos da Fallout 4 VR. Aún con la serie de problemas arriba expuestos, la experiencia es muy inmersiva, profunda y, ojo, agotadora. Porque a este ejemplar le ocurre algo sobre lo que deberíamos estar más que precavidos a la hora de pedirle profundidad en un título de realidad virtual: cuidado con lo que se desea, porque se cumple… y una sesión maratoniana de Fallout 4 VR va a pedir mucho más al jugador ─incluso físicamente─ que estar sentado cómodamente frente a la pantalla. Así que estáis avisados.