Lo que ha hecho Capcom llevando el concepto del viejo Resident Evil 2 a las máquinas de hoy tiene lecturas más que curiosas. Por un lado, porque los usuarios que disfrutaron en su momento del clásico “survival horror” han estado esperando como agua de mayo la aparición de este remake, deseando revivir una experiencia que evoque al que sin duda alguna es uno de los mejores videojuegos de su tiempo. Y por otra parte, se encuentran los muchos jugones de nuevo cuño que van a toparse de bruces con un título fresco, sin el recuerdo del factor herencia de por medio. Y en ambos casos, Resident Evil 2 es capaz de sobrepasar todas las expectativas.
Todo hay que decirlo, la evolución de la franquicia es digna de análisis. A nivel personal, debo decir que todos las las entregas de la serie principal ─incluyendo por supuesto al gran Code: Veronica─ me han gustado. En mayor o en menor medida, pero me han gustado todos y los he disfrutado de principio a fin. Pero mentiría si no afirmara la pequeña decepción que me supusieron capítulos como el quinto o el sexto. Resident Evil 5 heredaba las premisas jugables de su más inmediato predecesor, pero parecía abandonar el camino del terror y de la aventura para embarcar a sus protagonistas en un auténtico torrente de acción pura y dura, algo que Resident Evil 6 potenciaba aún más si cabe. Y ojo, que digo esto sin renegar de la calidad de estas dos obras ni denostar el tipo de acción propuesta; pero me apenaba contemplar el abandono de la vieja fórmula de jugar a partes iguales con el factor miedo y la aventura más clásica.
Sin embargo, la séptima iteración de la saga pegó un volantazo a todas luces inesperado. Juego en primera persona, dar prioridad a la huida y al escondite antes que a las armas, elementos de aventura, cambiar los zombis de toda la vida por una familia tan disfuncional como letal… Para muchos, Resident Evil 7: Biohazard no era un Resident Evil. No obstante, quizás llegaba a ser más Resident Evil que los antes mentados 6 y 7, mezclando como nunca la auténtica expresión de la serie, la definición exacta de aquello de “survival” y “horror”. Y Capcom, por fin, fue consciente de que su juego era lo que justamente tenía que ser, del mismo modo que comenzaban a sonar campanazos ─a través de desarrolladores amateur que subían sus trabajos a las redes─ de lo que debería ser un Resident Evil 2 trasladado a la tecnología actual.
La compañía nipona sin duda alguna tomó nota de ambos frentes, tanto de lo que había transmitido la séptima entrega como de las sensaciones que parecía despertar entre los usuarios el trabajo amateur de algunos apasionados de la franquicia. Es más, ya durante el proceso de realización de Resident Evil 7 se comenzó a plasmar ciertos elementos con la nueva tecnología que estaban utilizando para el desarrollo, el RE Engine. Caracterizado por ofrecer un código sumamente optimizado y por facilitar el trabajo con fotogrametría, los nuevos zombis adquirían un aspecto inmejorable. Estaba claro que el camino que llevaba a recuperar debidamente el capítulo más querido de la saga se encontraba más que abierto.
¿Y ha merecido la pena? Por supuesto. El Resident Evil 2 de hoy es justamente todo lo que cabría esperar del gran clásico remozado por parte de una Capcom más en forma que nunca. Rezuma toda la esencia de la mítica obra de 1998 presentando un producto que vale su peso en oro por sí solo; un juego cien por cien original capaz de comerse cual bocado de zombi a toda la competencia que tiene a su alrededor. Da miedo, mucho miedo, jugando ya no solo con una oscuridad tan incómoda como veraz; también lo hace colocando en nuestras pantallas unos muertos vivientes que asustan tanto por su temible dureza como por lo creíble que resulta el verlos pulular por el escenario. Para colmo, se juega con el hecho de contar con muy poca munición para nuestras armas, cosa que hará que el jugador tenga que estrujarse el cerebro antes de que se lo coman.
Como ocurriera con el antiguo, Resident Evil 2 ofrece contenido para dar y tomar, siendo el más relevante aquel que en sí representa el ciclo natural del juego; o sea, hacer un camino con uno de los personajes para, tras finalizarlo, abordar el camino “B” con el otro protagonista. Dos vías paralelas en las que las situaciones varían lo suficiente como para que el factor sorpresa sea un elemento persistente. Y creedme si os digo que es algo que se goza de medio a medio, más aún gracias a un control tan impecable como intuitivo. Se disfruta y se sufre, porque que te persiga el Tyrant mientras tienes por delante un pasillo poblado de zombis te hará sudar de lo lindo.
Por si fuera poco, estamos ante un verdadero espectáculo audiovisual. Quizás no tengamos el foto-realismo del anterior Resident Evil 7, tal vez más apropiado dado el contexto; pero es de justicia decir que los gráficos de esta obra son imponentes como poco. La manera en la que plasma la oscuridad, los finísimos juegos de luces, la belleza plástica de escenarios y personajes, la grotesca física de los miembros al disparar en ellos… En cuanto al sonido, se nota que se ha continuado en la línea del séptimo título, donde los inquietantes ruidos de fondo conjugan a la perfección con la contundencia de los disparos, gruñidos y demás jaleo propio de un holocausto zombi. Quizás falla la banda sonora; pero no porque sea mala, ni mucho menos. Shusaku Uchiyama, que también trabajó en el original, realiza junto a Zhenlan Kang unas sintonías más ambientales que las que amenizaban nuestro paseo por la ciudad de Raccoon y su comisaría en el viejo Resident Evil 2, y probablemente esa apuesta es la que hace que pierda fuerza. Pero ojo, que casan con lo que veis en la pantalla como anillo al dedo.
Posiblemente ya tengas tu ejemplar de Resident Evil 2 en tus manos cuando leas el presente texto. De ser así, has obrado sabiamente… tanto por adquirirlo como por recurrir a Metodologic para ver qué decimos y tal. Bromas aparte, si todavía tienes alguna duda, mi consejo es que pruebes la demo de 30 minutos que está disponible en las tiendas digitales de todas las plataformas en las que sale el juego. Es la mejor manera de saber si te va a gustar lo que te vas a encontrar en este Resident Evil 2. Yo solo te puedo decir que a mí me ha cautivado prácticamente de la misma manera que aquel clásico de 1998.