La edición de 2025 de Games&Symphonies se celebró en una espectacular tarde primaveral en Barcelona. Buena prueba era que la terraza de la cafetería del Palau de la Música Catalana tenía pocos huecos libres, y cada cierto tiempo se veían despistados comensales con sus bandejas saliendo del también abarrotado salón interior, oteando en busca de sitio al aire libre. En una de las mesas de la terraza nos citamos con la compositora iraní Samar Rad, más conocida como Mentrix. Había llegado unos minutos antes con Adrián Ronda y Austin Wintory, que pasaron a realizar los últimos ensayos. La coautora de la fenomenal música de Prince Of Persia: The Lost Crown tenía tiempo de atendernos en la citada terraza. No solo los melómanos poblaban las mesas, grupos de familias y amigos aprovechaban la acogedora sobremesa. Una niña se pasó buena parte del tiempo correteando entre las mesas, y nuestras risas se colaron más de una vez en la grabación de la entrevista. Una animada charla en la que Mentrix nos descubrió su íntima relación con la música, que define como una sucesión de recompensas por su dedicación y entusiasmo.

Metodologic: Vienes de la música electrónica y del góspel, ¿cómo empezaste a componer música de videojuegos?
Mentrix: Ubisoft contactó conmigo porque habían visto algo de mi trabajo, mi música en YouTube, así que me descubrieron por mis vídeos. Y tuve la suerte de que pensasen de que las tonalidades de mi música, mi sonido, de mi entorno, mi estilo de producción eran los apropiados para el nuevo proyecto que estaban desarrollando, Prince of Persia: The Lost Crown.
M: Entonces, ¿contactó contigo algún productor musical de Ubisoft?
Me: No, contactaron conmigo directamente el productor y los directores artísticos del juego. Fue un proceso muy íntimo y personal y conectamos antes de que yo supiera de que trabajaban en videojuegos o que tuvieran relación con Ubisoft. Conectamos en aspectos puramente artísticos de nuestro trabajo, sin una agenda prestablecida, así que cuando me dijeron “por cierto, trabajamos para Ubisoft” respondí “¡Oh Dios mío, no lo sabía!” (risas). Fue una bendición, mucha suerte, una coincidencia muy afortunada.
M: ¿Cómo fue tu colaboración con [el compositor] Gareth Coker?

Me: Desafortunadamente no pudimos trabajar juntos, solo en el tema principal, en el que contribuí con algunas voces. Gareth llegó al proyecto más o menos cuando mi contrato con Ubisoft en el proyecto estaba terminando. Se suponía que no debía hacer el score entero por mi cuenta, un alivio teniendo en cuenta que era el primero que hacía; hay un montón de música que tienes que hacer para distintas situaciones, como las luchas o los escenarios, así que escribes música que va desde lo ambiental a directamente heavy metal. Aunque hice parte de esa música, estuvo bien que Gareth aportase sus composiciones de sonido orquestal. La verdad es que pensaba que iba a verle aquí hoy, pero está en otra parte terminando unas grabaciones. Pero ha sido muy amable, hemos hablado varias veces, por ejemplo cuando él llegó al juego y compartí con él algunos sonidos que había estado usando, de forma que en sus piezas se pudiera mantener una continuidad en el paisaje sonoro. Más que nada porque yo había estado trabajando con el equipo del juego desde el primer día en una paleta sonora que pudiéramos usar. Pero creo que en realidad los compositores no suelen colaborar juntos, es decir, hacen su parte y luego los supervisores musicales se las ingenian para juntarlo todo, para darle una entidad que sea única en el juego.
M: Tienes amplia experiencia como percusionista y como intérprete de música tradicional iraní, así que puede decirse que esa experiencia influyó en el estilo de la música de Prince Of Persia, ¿no?
Me: Sí, desde luego, creo que ese fue el motivo por el que querían trabajar conmigo, dado que hay ciertos sonidos que son específicos de la región, pero por otra parte Ubisoft no quería hacer nada que resultase demasiado cliché, como que sonase árabe pero no persa, cuando hay una gran diferencia, y también porque en la producción del sonido hay una intención moderna. En mi sonido todo gira alrededor de la percusión, y se nota en el disco que escucharon en Ubisoft cuando se fijaron en mí. Así que fue un feliz encuentro.
M: En el momento actual de tu carrera, ¿qué crees que ha aportado la música de videojuegos que no hayas experimentado antes de Prince Of Persia?
Me: Si te soy sincera, jamás pensé que la música me llevaría donde estoy ahora. Empecé en esto como algo sagrado, solo por el goce de crear algo y experimentar. No tengo formación académica en música, sino que he aprendido de percusionistas, de cantantes, de gente de la que pudiera aprender distintos instrumentos, pero nunca tuve la ambición de dedicarme a la música. Simplemente me ha fascinado toda mi vida, y he sentido siempre mucho respeto y admiración por esa habilidad. Siempre pensaba que hay que empezar desde muy joven, tener mucha disciplina. Algo que simplemente no era parte de mi educación, de mis circunstancias. Precisamente le contaba antes a Austin [Wintory] la gran oportunidad que supone a la gente que vive en cualquier democracia poder estudiar música, formar parte de un coro o unirte a una orquesta siendo joven, o sencillamente poder explorar el medio. Cuando era adolescente, la música estaba prohibida en Irán, y solo podía escucharse algo de música autorizada por el estado, y solo podía tocarse cierta música tradicional –pero no toda y además solo para los hombres-, no tienes muchos referentes a los que aspirar. Y si de pronto escuchas por ejemplo a Mariah Carey, como me pasó a mí, no te crees que sea algo real. Yo es que no pensaba que fuera un ser humano, en mi imaginación esa voz salía de un robot. Esto es mucho antes de Internet, de los smartphones, estamos hablando de cintas pirata que vendían en la calle, ¿sabes? Así que ya tenía esa fascinación, y verme hoy donde estoy por este proyecto, poder moverme en este entorno, con compositores, es como un cuento de hadas para mí. Un sueño hecho realidad.

M: Es verdad que el recuerdo que se tiene de la música que descubres a través de esas cintas pirata es totalmente distinto de otra música que has escuchado.
Me: Es algo único, porque te recuerda ciertos momentos, tu inocencia, tu descubrimiento del mundo, incluso todos tus sueños y esperanzas, el potencial de todo lo que puedes ser. Esa idea que tienes del mundo y de repente esa música de esa cinta pirata de un momento determinado se convierte en tu mundo. Te aprendes hasta la última nota, cada sonido, la escuchas una y otra vez hasta que la vives y se convierte en la banda sonora de ese momento de tu vida. Mi relación con la música era así por aquel entonces, muy apasionada y obsesiva, muy íntima. Y por eso pienso que de alguna forma la música ha acabado recompensándome, por ser su leal sirviente, de que soy digna de ello. Si estoy hoy aquí es porque creo que he honrado a la música lo mejor que he podido, no de la forma que otra gente que admiro y respecto hace. No leo ni escribo música, así que no tengo esa habilidad musical que comentaba antes. Pero espero haber honrado a la música, así que poder estar aquí es una experiencia que te devuelve a la humildad.

M: Por lo tanto, la música ha supuesto una forma de liberación para ti, además de la faceta creativa o artística que conlleva.
Me: Totalmente. Lo que me gusta particularmente de la música, además en mi experiencia como inmigrante, es que me ha permitido viajar primero en mi interior y después por el mundo, es decir, por dentro y fuera de mi mente, con tu herencia cultural pero también con las influencias que te llegan. Mi música va a ser diferente de la tuya, todo el mundo tiene una música propia, sean conscientes o no de ello. Ya tienes cierta herencia, tengas o no formación musical. Y a través de esa herencia, tu formación, tu lugar en el mundo, tu cultura y también por el objetivo que te hayas marcado en la vida, vas a tener tu propia música. Además es algo con lo que puedes contar; tienes una paleta de colores que son tuyos y solo tuyos, de nadie más. Sea lo que sea lo que vayas a pintar con esos colores, siempre será algo único. Y hay algo muy reconfortante en eso, muy personal e íntimo. Y lo encuentro muy liberador, porque estás en contacto constante contigo misma. Nadie va a venir a decirte que eso no es bueno, porque simplemente refleja lo que tú eres (risas). Así que sí, es algo que libera. Y empodera.
M: Y después de la experiencia con Prince Of Persia, ¿volverías a hacer música para videojuegos?
Me: Claro que sí, estaba hablando antes con Adrián [Ronda], con Austin y con su gran equipo, sobre lo gratificante que resulta componer para videojuegos: se paga bien, el nivel artístico es muy alto, tienes artistas visuales fantásticos con muy buen gustos musicales, lo que no es siempre el caso en otros ámbitos… ¡Y tienes tanta libertad! Y se te pide hacer constantemente cosas que son diferentes y nuevas, puedes mezclar géneros. Es todo un desafío pero muy inspirador al mismo tiempo. Te relacionas con gente con muchísimo talento. No se puede comparar a nivel financiero con las bandas sonoras de las grandes superproducciones de cine, en las que puedes ganar mucho dinero, porque además como Austin mencionaba, no es lo común. Y acabas en el sector del videojuego, que en términos de volumen de trabajo se produce muchísimo, trabajas durante largos periodos de tiempo –dos o tres años-, el pago seguramente no sea tan atractivo como en el cine, pero se sigue pagando bien. Pero en lo que se refiere a la música, la gente que quiere desarrollar su carrera musical y que tiene ese empuje creativo y puede ganarse la vida en videojuegos, es algo muy sano, muy creativo, la libertad que tienes no la ves en otros sectores. Así que me encantaría, ¡llamadme, estoy disponible! (risas
M: Sí, porque se aprecia ahora mismo una sensación de comunidad entre muchos compositores de videojuegos, como Austin Wintory, Jason Graves, Gordy Haab, casi como una especie de hermandad, así que suponemos que ayuda a sentirse acogido en este sector actualmente.
Me: Espero que sí, no he conocido a muchos hasta ahora, pero por ejemplo Adrián me ha hecho sentirme muy bienvenida. Su proyecto es maravilloso, dar luz a lo que implica este trabajo, que la gente sepa lo que haces, es tan divertido, además con tanta hospitalidad. Estaría bien ver más mujeres. Austin viene de California, así que ya tiene vínculos con una comunidad de compositores y de la forma que él habla de ello sí que parece lo que comentas; todos se conocen, tienen una relación estrecha. Yo vivo en Berlín y espero poder conocer más gente de este ámbito, estoy comenzando en esto y tengo muchas ganas de hacer más, de conectar con más personas. Y por otra parte también comentábamos las contradicciones que estamos viviendo: el sector está pasando por dificultades y por otro lado hay compañías que están teniendo mucho éxito y se está generando una cantidad tremenda de arte y de música que, en forma de videojuego, están siendo descubiertos por la gente. Así que espero que eso lleve a una comunidad más amplia.
M: Lo que nos lleva a la última pregunta, tu opinión sobre este tipo de eventos que quieren dar reconocimiento a las bandas sonoras de videojuegos.
Me: Es una gran iniciativa. Primero porque no solo permite a las orquestas tocar música que es extremadamente sinfónica y puede sonar muy clásica, obviamente hay elementos que se arreglan expresamente para la orquesta, pero que de cualquier manera ya son geniales antes de esos arreglos. Vale, no es Mozart, no es Wagner, pero sigue siendo música impresionante. También porque permite que un público que no necesariamente asista a conciertos de música clásica y aprecie el virtuosismo pueda disfrutar de una forma diferente, que no sea escuchar música en Spotify, interrumpida por anuncios, es decir, salir de una dimensión a la que estás acostumbrado. Que esa gente pueda llegar aquí y decir “¡Guau, la música en directo es diferente!”. Pero no solo eso. Por ejemplo cuando se hacen los conciertos de música durante una proyección (de películas o de videojuegos), permite a gente más allá de los gamers apreciar todo el trabajo que hay detrás. Una cosa es el aspecto técnico, como los efectos, pero el arte en sí, creo que es una forma de apreciarlo . Así que a nivel cultural y social es un evento importante, que espero que crezca con el tiempo y permita a la gente sentirse más cómoda con este tipo de trabajo.

M: Vamos allá con el Metodologic Quiz. ¿Tu primer videojuego?
Me: Tetris (risas).
M: ¿Y el último al que has jugado?
Me: ¡Prince Of Persia!
M: ¿La primera música de videojuegos que recuerdas?
Me: Super Mario.
M: ¿Algún género o franquicia en la que te gustaría trabajar?
Me: ¿Genéro? Sinceramente, cualquier género. Todo es arte, ¿cómo decidirse entre Banksy o Ahmed Farid? Pues eso, cualquier género. En cuanto a franquicia me gustaría Assassin’s Creed porque viajan por el mundo, aunque ya hicieron una entrega en Oriente Medio… Cualquier juego que toque algo relacionado con Oriente Medio, o bien algún mundo futurista que contenga elementos de Oriente Medio, por ejemplo Star Wars, sería fantástico, sentiría una conexión inmensa con ello. También Hades, si hicieran una entrega más, es uno de mis favoritos. Pero tengo que introducirme más en los juegos, probar más y ver cuál me llama.
M: Sabemos que esta es otra pregunta muy tópica, pero ¿algún compositor que admires especialmente?
Me: Sí, el compositor que hizo la banda sonora de He-Man, es uno de los referentes en este trabajo, Bear McCreary. Escuchar sus composiciones ha supuesto una gran experiencia de aprendizaje. También [Hiroyuki] Sawano, es japonés; hace una música impresionante en la que introduce por ejemplo elementos búlgaros, me encanta que haya sabido incorporar algo tan alejado de su cultura y que funcione después tan bien mezclado con elementos visuales japoneses.
Apagamos la grabadora, pero seguimos charlando unos minutos más con Mentrix. No tiene la urgencia de volver al Palau para ensayar porque este año es una invitada más. De prestigio, eso sí. Y así vivió el concierto desde el patio de butacas, entusiasmada y muy agradecida por la invitación. Escuchando su trabajo en Prince Of Persia: The Lost Crown nada hace indicar su condición de debutante en los videojuegos, si bien su trayectoria musical anterior es amplia y considerable. Con su promesa de volver a Barcelona y también a los videojuegos, nos despedimos de Mentrix con una sonrisa y con la certeza de saber que estamos ante una persona rebosante de curiosidad, inquietudes y creatividad que, sin duda, dará mucho que hablar en el mundillo de la música de videojuegos.