Debido a mi afición a los rompecabezas, puzzles y juegos de lógica matemática, no pude escapar a la tentación de probar Security Hole desde el mismo momento en el que nos llegó a la redacción. Se trata de un juego con una premisa muy simple: colocar y girar una figura en un espacio 3D para que pueda pasar a través de un agujero en la pared, que tiene la forma exacta de una de las siluetas que puedes conseguir en tus movimientos. Digamos, para que quede claro, que hay que girar la figura para que su silueta (o sombra) tome la forma adecuada y quepa por un hueco que tenemos que atravesar.
Aunque al principio la tarea es fácil, ya que la figura está formada por módulos o bloques cuadrados, como en todo buen juego de puzzles pronto nos empiezan a complicar los mecanismos añadiendo más módulos a la figura o haciendo que estos sean más complejos. Al principio tenemos que trabajar con piezas hechas con un número creciente de cubos, pero después serán pirámides, hexaedros, dodecaedros o troncos de cono o cilindro.
El manejo se realiza de forma bastante intuitiva con control pad, teclado o ratón. Arrastrando con el ratón podemos girar la figura en dos de sus ejes, y utilizando la rueda (o un deslizador que aparece alrededor de la figura), podemos moverla en el tercero, de forma que tenemos total control tridimensional sobre el puzzle. Particularmente, agradezco que además ofrezcan la opción de utilizar el teclado como medio de control, puesto que pulsando algunas teclas se facilitan los giros (y se evita tener que estar utilizando la rueda o la barra deslizadora que comentaba anteriormente), ganando así las mecánicas en fluidez.
Como suele ocurrir en este tipo de juegos, la curva de aprendizaje es bastante generosa al principio, pero se va volviendo cada vez más exigente a medida que avanzas. Para motivarnos en esta progresión, el juego incluye una campaña en la que, con una estética cyber-punk, nos hace partícipes de una historia en la que las figuras con las que trabajamos forman parte de un virus informático que tenemos que colar por unos agujeros de seguridad (security holes… ejem) para así poder salvar el mundo.
Además de la campaña, y tal y como cuentan sus desarrolladores, el juego ha sido probado en torneos, de forma que han trabajado para que sea apto como e-sport. Mediante un código, se pueden generar los mismos niveles aleatorios para todos los participantes, creándose así un entorno apropiado para la competición.
No me gustaría terminar esta reseña sin comentar el “tabú” que está acompañando al lanzamiento de este título, ya que es muy parecido a SuperHyperCube, a punto de llegar en Playstation VR. En éste último, dentro de un espacio 3D, se giran figuras formadas por bloques cúbicos para atravesar un hueco en una pared. Sí, básicamente parece que estamos hablando de lo mismo. Sin embargo, las diferencias son notables: en SuperHyperCube las piezas son siempre cuadradas y sólo se mueven en giros de 90º, mientras que en Security Hole las piezas pueden tomar diversas formas y moverse libremente en 360º. Aunque aún no hemos probado SuperHyperCube, parece tener una metodología más similar a la de los juegos arcade, mientras que Security Hole es más parecido a un juego de inteligencia y destreza.
Security Hole (disponible para los usuarios de Windows, Mac OS X y SteamOS+Linux) es un software bastante recomendable para entrenar la orientación espacial y que puede incluso ser utilizado con ciertos fines educativos. Su estética futurista y el hecho de que poco a poco nos cuente una historia ayudan a que se vuelva bastante adictivo. Su principal defecto es también su mayor virtud: es un juego simple. Pero oye, también lo fue Tetris, ¿verdad?