A día de hoy es difícil dudar de la calidad que presenta una franquicia como FIFA. Pero, por extraño que parezca, existió una época en la que su presencia era prácticamente tomada a broma al lado del balompié de una Konami que estaba en lo más alto con Pro Evolution Soccer, reduciéndose cada nuevo FIFA a ser una mera comparsa a poco que el usuario tuviese algo más que un interés causal por los videojuegos de fútbol. Y así estaban las cosas a principios de la pasada generación, con un más que mediocre FIFA 06 Road to Fifa World Cup que terminó por desanimar a los que esperaban un buen estreno de los de EA Sports en una máquina como Xbox 360. Afortunadamente, el entrenador acertó de pleno a la hora de elegir las fichas a mover… y todo cambió.
La evolución lograda por Electronic Arts desde FIFA 07 fue digna de elogio, llegando al punto de que su siguiente iteración llegó a tambalear los cimientos del fútbol videojueguil, con usuarios que por vez primera se planteaban aparcar su venerado PES. Lejos de acomodarse a la usanza de una Konami autocomplaciente, la compañía canadiense dejaba patente con cada nuevo lanzamiento una constante evolución sobre una base que funcionaba a las mil maravillas, hasta el punto de atreverse con FIFA 12 a variar la fórmula con matices ciertamente arriesgados. No valía eso de “si funciona, no lo toques”, cambiando con suma valentía todo lo relativo al sistema defensivo. Suscitó dudas, por supuesto, pero a cambio obtuvimos una apasionante experiencia susceptible de dignificar aún más todavía el deporte rey.
Ya dirigiendo nuestras miradas al presente, justo diez años después de aquel FIFA 07, contemplamos una edición que sobre el papel viene cargadito de novedades. La más cacareada es sin duda la relativa al cambio de motor gráfico, algo que al que esto suscribe le extraño sobremanera, más aún si tenemos en cuenta que el engine Ignite, diseñado en exclusiva para funcionar en el hardware de la presente generación, apenas lleva cuatro años utilizándose. En cualquier caso, sus desarrolladores han pasado a usar el Frostbyte de DICE, cuya presencia se expande a lo largo y ancho del catálogo de Electronic Arts. Los resultados son óptimos, si bien debo reconocer que salvo matices relativos a la iluminación, al césped o algunos detalles de la física, en plena partida me cuesta apreciar diferencias sustanciales con respecto a lo que plantaba en pantalla Ignite en los FIFA previos. Igualmente, esto se traduce en que seguimos contando con un apartado visual francamente portentoso, aunque poco sorprendente para el jugador habitual de FIFA.
Sí es llamativa la inclusión de un modo historia llamado ‘El Camino’, en el que nos pondremos las botas de una joven promesa que responde al nombre de Alex Hunter. No estamos hablando de una sucesión de cinemáticas entre los partidos, sino que asistiremos a un espectacular drama en el que seremos los responsables de nuestro futuro, tomando decisiones al respecto del club por el que ficharemos, nuestros entrenamientos, el trato con la prensa o la no menos trivial manera de lidiar con los fans. Así iremos dibujando el camino de nuestro protagonista, el cual experimentará en sus carnes las luces y las sombras de lo que significa ser una estrella del fútbol. Una pasada que, con no pocas reminiscencias a lo que viene ofreciendo NBA 2K desde hace muy poquito, atrapará a los usuarios de la serie en lo que bien podría ser un juego por sí mismo.
Por lo demás, cabe decir que a pie de cambio existen algunas alteraciones que exigen nuestro paso por unos remozados entrenamientos. Los saques de córner, las faltas o los penaltis se realizan ahora de manera bien distinta, otorgando muchas más posibilidades que antaño, y conviene hacer acopio de prácticas antes de lanzarnos a los inhóspitos terrenos del online. Y hablando de competir, es imposible no mencionar un ‘Ultimate Team’ que regresa pletórico, ofreciendo por un lado una serie de divertidísimos desafíos diarios y, por otro, el promover el factor eSports en base a la iniciativa FUT Champions, pudiendo acceder a través de periódicos torneos (ojo, con interesantes recompensas) a las competiciones y premios del mundo real. FUT Champions es la vía para entrar en la FIFA Interactive World Cup y en las EA Sports FIFA 17 Ultimate Team Championship Series.
¿Qué más contaros de FIFA 17? Pues que me lo estoy pasando de miedo con él. Echo en falta el poder jugar online con los equipos de fútbol femenino, así como el poder enfrentar a las mujeres contra los hombres. Pero luego va Electronic Arts y te bombardea con unos números más que capaces de perdonar cualquier resquicio de demérito, con esos números absolutamente mareantes e imposibles de alcanzar por la competencia. Apuntad: sobre los 700 clubes, más de 18000 futbolistas, la Liga Santander, el Calcio o la Premier con todas sus licencias (¡esta vez también la liga japonesa!), las chorrocientas modalidades de juego tanto offline como online, el remozado ‘Ultimate Team’, el espectacular modo historia… Y de trasfondo, un factor lúdico a pie de campo que prueba su valía entrega tras entrega. ¿En resumen? Imprescindible.