Qué bueno es este Sniper Elite 4. De verdad, qué bueno. Claro está que un servidor no puede ser demasiado objetivo con este juego, ya que el lanzamiento de los ingleses de Rebellion encaja de medio a medio con mis gustos videojueguiles. Basta decir que soy un incondicional de la franquicia Sniper Elite, así como de todos aquellos títulos que combinen de manera coherente la acción con el sigilo. A este respecto, no puedo quejarme demasiado con lo que nos ha llovido en estos últimos tiempos, empezando con aquel Splinter Cell: Blacklist (que ojo, está a punto de cumplir cuatro añazos), pasando por el magistral Metal Gear Solid V: The Phantom Pain y llegando hasta el recientísimo Hitman. Y por supuesto, la anterior entrega del ejemplar que ahora nos ocupa, Sniper Elite 3, lanzado a mediados del 2014.

Tras lo dicho, la gracia es que nunca fui demasiado fan del concepto “sniper” en los videojuegos, hasta el punto de odiarlos de pleno en el multijugador de títulos como Call of Duty o Battlefield. No obstante, la experiencia en solitario que ofreció el primer Sniper Elite demostró que se le podía sacar punta a esta modalidad más allá de la antisocial actitud camper, algo que Rebellion refrendaría de manera holgada con la excelente secuela, un lanzamiento que sorprendiera a propios y extraños en Xbox 360, PlayStation 3, Windows y, en última instancia, en Wii U. Por su parte, Sniper Elite 3 llevaría a tierras africanas la acción, en un despliegue de medios hasta entonces inédito en sus desarrolladores, notándose sobremanera que habían puesto toda la carne en el asador en esta tercera ─y celebrada─ iteración. Y todo esto por no hablar de los atrevidos y divertidísimos spin-offs con muertos vivientes de por medio: Sniper Elite Nazi Zombie Army, trilogía que recogería toda su esencia en el brutal Zombie Army Trilogy que, de verdad, os recomendamos encarecidamente.

Centrándonos ya en Sniper Elite 4, cabe decir que esta entrega sigue teniendo la misma estructura base de siempre, como no podía ser de otra manera. De hecho, el andamiaje base es claramente el del anterior episodio, que a su vez era evidente heredero del ya clásico Sniper Elite V2, algo que sin duda les ha ahorrado bastante trabajo a los desarrolladores a nivel de mecánicas y, por otro lado, no deja de mantener una familiaridad que a buen seguro agradecerán los fans de la franquicia. De todos modos, en Rebellion no se han quedado cruzados de brazos, y han añadido una serie de elementos que potencian en gran medida la envergadura de esta nueva aventura. Por supuesto destaca a priori un contenido factor espectáculo que trata de aferrarse a nuestros sentidos desde el mismísimo comienzo, mostrando lo que es un videojuego verdaderamente bonito y a la altura de las circunstancias en relación al hardware actual.

Sniper Elite 4 es una obra excepcionalmente cuidada en todos los sentidos. Los seguidores de esta franquicia nos hemos acostumbrado a disfrutar de las misiones del comando Karl Fairburne al estilo Rebellion, o sea, sin demasiadas zarandajas tecnológicas, algo que, todo hay que decirlo, le viene como anillo al dedo de cara a representar la cruenta austeridad de la guerra. Lo cual no quita que, tal y como ocurriera con las otras entregas, Sniper Elite 4 sea rotundamente sólido en este aspecto, siendo árido con coherencia. Y es que, en lo que a gráficos se refiere, la nueva ambientación por tierras italianas es capaz de colocar en pantalla un buen puñado de preciosos escenarios, combinando el colorido de las zonas costeras como la isla de San Celini o la aldea de Bitantide con las bellas estampas de los campos y bosques del sur de Italia. Con suma elegancia se dan cita unos bonitos juegos de luces, las cuidadas sombras proyectadas sobre la profusa vegetación, el polvo pululando por el aire… Estas florituras ya eran ciertamente destacables en el estupendísimo Sniper Elite III, el cual ya lucía unos escenarios gigantescos, pero es de justicia decir que el conjunto ha sido llevado a un nuevo nivel en esta cuarta entrega, prácticamente transformando cada misión en un pequeño-gran sandbox de corte bélico.

Lo mejor es que Sniper Elite 4 plantea su imagen como un todo que va absolutamente de la mano del factor lúdico. Rebellion nunca se ha caracterizado por tirar la casa por la ventana en sus productos a la hora de mostrar espectáculo visual, no se ponen a gastar efectos absurdos para llamar la atención y disimular otro tipo de carencias a base de pirotécnica parafernalia. Esto hace que toda la saga tenga un aspecto muy, pero que muy natural, con una imagen limpia que ayuda a que la jugabilidad sea igualmente transparente. No obstante, Sniper Elite se permite el extremo lujazo regodearse en la muerte del enemigo, enseñándonos a través de un espectacular efecto de rayos x el daño que infringimos con nuestros proyectiles. Para la ocasión, ahora también podremos contemplar el daño interno que nuestros ataques físicos ejercen sobre el rival: cuchillada al corazón, puñetazo al estómago, trinchamiento de cerebelo…

Karl Fairburne también ha ganado agilidad. Ya no es el rígido armario de los anteriores Sniper Elite (Zombie Army Trilogy inclusive), sino que ha adquirido movimientos al más puro estilo Nathan Drake. Ahora podemos saltar y agarrarnos en el aire a las cornisas, trepar acantilados… Va muy acorde con los nuevos escenarios: el mediterráneo, antiguos bosques, valles montañosos, colosales megaestructuras nazis… todos ellos magistralmente diseñados pensando en este tipo de jugabilidad. Sobra decir que la verticalidad suma enteros en Sniper Elite 4, y es una absoluta gozada sobre todo a la hora de tomar ventaja frente al enemigo. Esa sensación de estar en lo alto, examinando el entorno, memorizando patrones, dejándote caer para dejarlo KO por la espalda. Fabuloso.

Dicho esto último, recalco nuevamente lo sensacional de esta obra como juego de sigilo. No son pocos los que relacionan la franquicia Sniper Elite con un ejercicio encorsetado en la faceta del francotirador, un tanto casi a la usanza de los Silent Scope de Konami o, quizás más aún, aquel Hitman: Sniper Challenge; pero nada más lejos de la realidad. Por supuesto que ejercer de sniper tiene un peso fundamental en la mecánica, donde en los niveles más altos de dificultad de apuesta por una balística realista que quita el hipo. Pero en verdad estamos ante una franquicia en la que el factor estratégico entre el sigilo y la acción comedida es más que susceptible de evocar al mismísimo Metal Gear Solid V. Otros medios, por supuesto, pero no se queda tan desmesuradamente lejos.

Es de justicia decir que las mecánicas del concepto francotirador que conocemos desde Sniper Elite V2 apenas han cambiado. El proceso de apuntado, la contención de la respiración (con la mirilla de ayuda y la cámara lenta), la genial proporción de a dificultad y el realismo, el tremendo gore resultante tras nuestros disparos… Todo se mantiene intacto, como buena seña de identidad. Una mecánica que, como hemos dicho, va más allá gracias a las habilidades de comando de Fairburne. Colocar trampas bomba ante la llegada de múltiples enemigos, sembrar un camino de minas adelantándonos al advenimiento de un peligroso tanque, colocar explosivos en la espalda de los letales cañones… Es, por decirlo de alguna manera, muy, muy emocionante.

La campaña dista mucho de ser corta, ofreciendo misiones bastante largas (algunas pueden llevarte hasta dos horas) que a su vez abren un jugoso abanico de objetivos secundarios. Cada escenario ha sido diseñado casi como si de un juego independiente se tratara, ofreciendo al jugador un decorado gigantesco y repleto de posibilidades, con cantidad de objetivos y la exigencia de una cuidada planificación si queremos salir indemnes. Sniper Elite 4 posibilita jugar a la campaña de manera cooperativa con otro jugador, y os puedo asegurar que la experiencia no puede ser más satisfactoria. Es genial cómo se multiplica el componente estratégico en un juego que obliga como pocos a la cooperación más absoluta. Otros modos cooperativos nos permitirán asumir distintos retos acompañados de hasta tres amigos, destacando un frenético “horda” que da mucho juego. Por su parte, el multijugador clásico de Sniper Elite 3 regresa con refriegas de hasta doce jugadores a lo largo de seis mapas y siete modos de juego, contando con que Rebellion irá publicando nuevos modos y mapas. Puro vicio.

La aventura italiana de Sniper Elite funciona con la precisión de un reloj suizo. Sin artificiales zarandajas y sin rancios scripts que obstaculicen un más que fluido gameplay, sus creadores han plasmado nuevamente un entretenimiento sin fisuras, un serio divertimento que va al grano y que, por su naturaleza, es tan crudo como las propias ejecuciones que llevamos a cabo rifle en mano. La experiencia, muy similar en sí a la de su más inmediato predecesor ─heredera a su vez de Sniper Elite V2 y de lo visto en las últimas entregas de sagas como Splinter Cell o Metal Gear Solid─ es tremenda, colocando frente al usuario un reto importante (la dificultad no perdona ni en el modo más sencillo) del que su buen devenir solo depende de nosotros. Rebellion, con la humildad y el buen hacer que les caracteriza, han creado un juego equiparable en calidad al inmenso tamaño de sus escenarios. Ya sea en PC, PlayStation 4 o Xbox One, me quedo corto si os digo que Sniper Elite 4 es de lo más recomendable.

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