Las licencias en los videojuegos son ese trozo del pastel que muchos quieren, y que a lo largo de la historia nos ha dado penas y alegrías (más penas, diría yo). Y si hablamos de licencias, evidentemente hay que mencionar a Star Wars… porque, más que un trozo del pastel, es una tarta nupcial de siete pisos. ¿Qué me está aportando Star Wars: Battlefront II? Pues alegría, sin duda. Y mucha.

La gente de DICE es consciente de lo que tienen entre manos, y han sacado un producto a la altura de la licencia, la han sabido tratar con respeto y fidelidad. Porque si algo se respira desde el primer momento que pones el juego es que el universo Star Wars está en cada rincón. ¿Sabes esa expresión que se usa para la realidad virtual, ese “estar ahí”? Pues parece que ha sido una máxima que se han impuesto los desarrolladores en cada uno de los apartados del juego, empezando por el primer contacto que tenemos: el tema audiovisual. En este sentido, Battlefront II es soberbio, destacando por encima de todo el sonido. Cada arma, cada nave, sables, explosiones… suenan tal y como los tenemos en la cabeza y en el corazón. Todos sabemos cómo suena un Tie-Fighter, y solo escucharlo mientras lo manejamos nos hace vivir los enfrentamientos con los pelos como escarpias, y que realmente sientas que estás en ese universo. Creo sinceramente que es una sensación que ningún fan debería perderse.

Después de este primer impacto es cuando empiezas a trastear con el juego, y descubres que tienes a tu disposición el clásico pack ‘Campaña+Multijugador’. La campaña ─que no tuvo el anterior Battlefront─ no es algo menor, ni un mero trámite que colocan por el hecho de que lo hayan pedido los fans… Aquí hay un gran trabajo detrás. Sí, es el típico “tutorial largo” habitual en este tipo de shooters, que sirve como entrenamiento para llegar mínimamente curtido al PvP; pero primero: la historia es canon dentro del universo, por lo tanto ya le añade un valor importante. Y segundo: entendiendo que el grueso del juego es su vertiente online y que este modo me lo tomo como un añadido o un regalo que nos ofrecen, la campaña está bien. MUY BIEN.

Manejamos a Iden Versio, comandante del “Escuadrón Infernal” (que viene a ser como unos swat del Imperio); una tipa con un par de midiclorianos muy bien puestos, con la cual viviremos una aventura que transcurre en paralelo a los hechos acontecidos durante el Episodio VI y el camino hacia el VII. Realmente no quiero decir nada más, porque creo que la propuesta tiene suficiente empaque como para que descubráis las sorpresas que tiene por vosotros mismos. Dicho sea de paso, viendo la campaña que se ha realizado para la ocasión no paro de acordarme de la desaparecida Visceral, de la gran experiencia que podría haber salido del estudio y que, por ahora, no nos queda más remedio que lamentar su pérdida.

Ahora es cuando viene, como diría el Fary, la mandanga… también conocido como el multijugador. Me gustaría hablar de los dos grandes modos ─a mi juicio─ que tiene el PvP, Asalto Galáctico y Combates Estelares. El primero, enfrentamientos en equipos de 20 jugadores. Debo decir que en sus primeras horas me pareció algo caótico, confuso y que requiere de un tiempo de aprendizaje para entender el estilo y los tiempos del juego. Apareces en uno de los dos bandos, y la partida se desarrolla en varias partes, mezcla modos de conquista, asedio o duelo por equipos de una manera muy natural, donde dependiendo de cómo lo haga tu equipo, la “mini-historia” que es cada mapa avanza hacia unos objetivos u otros. Unos escenarios representativos de las batallas conocidas de la franquicia, recreadas con maestría y que nos vuelven a traer esa máxima de “sentirte allí”.

A los mandos, es un shooter divertidísimo. De los que no puedes dejar de decir “una más y lo dejo” porque tiene ese algo del que siempre quieres más. No soy especialmente bueno en este juego, suelo quedar de mitad de tabla para abajo; pero eso no impide que, cada vez que muero, esté deseando volver al campo de batalla para otra intentona más. Y eso sin duda es que las cosas las hace bien. Entonces es cuando empiezas a entender la mecánica y a ver que, dependiendo del mapa y el objetivo en el que estés, debes elegir con qué clase aparecer. Tenemos asalto, pesado, oficial y especialista, configurables todos mediante cartas… cartas que conseguimos en las famosas lootboxes de manera azarosa o comprándolas con dinero del juego. Mejorables también con piezas que se consiguen jugando, porque todo aquí depende de cuánto y cómo juegues. «Cuánto» porque, a más horas le eches, lógicamente más dinero consigues; y «cómo» porque el Battlefront II premia a los hábiles y los que juegan para el equipo.

Por ejemplo, en esta ocasión el hecho de reaparecer como Luke, Darth Vader o cualquier héroe no depende de un ítem que encuentres por el mapa como en el primer Battlefront. Aquí cuestan puntos: tan bien estés jugando, tantos puntos te dan; cuantos más acumules, más acceso tendrás a esos héroes, naves o clases especiales por cada partida. Personalmente creo que es un acierto y un sistema más justo, porque si quieres lo mejor, tienes que currártelo. Todo está en tu mano, y no dejado a que alguien llegue antes que tú a una zona del mapa como ocurría antes. Sobre el tema de las lootboxes y sus cartas, creo que después del ajuste que se hizo tras la beta están bien medidas. Es una política peligrosa y que debe ser tratada con tacto y mesura. Si deben estar o no ya es otro debate que no viene al caso con lo que estamos hablando ahora mismo, que es el juego como tal.

El otro modo que quería mencionar es el de las batallas de cazas estelares (parte obra del estudio Criterion Games), un modo donde exclusivamente pilotamos naves del imperio o la resistencia, manteniendo el sistema de “mini-historia” por mapa pero montados dentro de X-Wing, Tie’s y demás. Con un manejo arcade, es uno de los modos que más disfruto; volar entre los escombros de la Estrella de la Muerte, mientras persigues a un enemigo, con un objetivo prioritario de eliminar el escudo de un destructor imperial, fijando a tu víctima e intentando perder a uno que llevas en cola, activando a la vez un R2 para reparar la nave que está dañada por los disparos… y sonando de fondo la fanfarria de John Williams. Pues qué queréis que os diga, que dejo de enrollarme porque tengo otra vez los pelos como escarpias de imaginarme las veces que “he estado allí”. Y me vuelvo ahora mismo porque tengo una galaxia por la que luchar.

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