En 1997 fue lanzado en PSX una obra que respondía al nombre de Castlevania: Symphony of the Night (Akumajō Dracula X: Gekka no Yasōkyoku en su original versión japonesa) y que no solo revolucionó la popular saga sobre la que se sustentaba, sino que en sí hizo lo mismo para todo un género. Koji Igarashi puso de moda lo que hoy en día se conoce popularmente como “Metroidvania”, y creó escuela. Del mismo desarrollador y del mismo estilo de juego tenemos grandes títulos como Castlevania: Aria of Sorrow o Castlevania: Order of Ecclesia, entre muchos otros. Precisamente este último fue el lanzamiento con el que el maestro Igarashi cerró su larga trayectoria en Konami, despidiéndose con ello de una franquicia que prácticamente hizo suya. Pero afortunadamente, casi diez años después, podemos volver a disfrutar de esta forma tan especial de hacer videojuegos de la mano de Bloodstained: Ritual of the Night, con Iga empuñando de nuevo su particular batuta en forma de látigo.

Bloodstained tiene su origen hace unos cuántos años, en 2014 para ser precisos, cuando Igarashi dejó Konami y empezó a idear el desarrollo de este juego. Inició una original campaña de Kickstarter con el fin de conseguir soporte para poder financiar y desarrollarlo, consiguiendo enseguida dicho apoyo. Con una gestación que se ha prolongado un buen puñado de años, el público ha podido ser testigo de la evolución de este trabajo, contemplando poco a poco cómo el aspecto iba cogiendo forma, el contenido, los extras, etc. Así hasta llegar por fin al presente 2019 y, claro está, la fecha de publicación del juego. ¿Y qué tal el resultado final?

Bloodstained: Ritual of the Night nos presenta a Miriam, nuestra protagonista, que habiendo sido sometida a peligrosos experimentos alquímicos ha sido convertida en una shardbirden, o sea, una persona con la capacidad de absorber y usar habilidades de los enemigos. Debido a estos experimentos, Miriam fue puesta bajo letargo durante una década, y cuando despierta, descubre que Gebel (su amigo, también un shardbirden) ha decidido usar sus poderes para invocar demonios y destruir el mundo como venganza por todos los experimentos que sufrieron. Solo Miriam puede detenerlo, pero ¿podrá conseguirlo sin poner en peligro su vida? Como es habitual en este tipo de videojuegos, la historia no es lo que parece, y hay muchos giros.

He mencionado antes que Igarashi revolucionó en gran medida el género con Symphony of the Night, creando incluso un nuevo término llamado popularmente como “Metroidvania”. Pero… ¿en qué sentido? Este tipo de juegos combina ciertos aspectos de otros títulos, creando una mezcla muy atractiva. Suelen ser experiencias con un gran mapeado 2D para explorar, con diferentes zonas, muchos enemigos y épicas batallas contra jefes finales, amén de muchos objetos para encontrar (y que nos permiten avanzar más por el mapeado), música grandiosa, espectaculares diseños… A todos estos respectos, Bloodstained hace acopio de ellos y los usa para crear una enorme experiencia a todas luces única.

Así pues, Bloodstained: Ritual of the Night es claramente una secuela espiritual de los Castlevania de exploración. El nombre, la historia y los personajes son diferentes; pero la estética, la banda sonora, los elementos y el gameplay cogen lo mejor de esos juegos, evocando a la clásica franquicia de Konami de inmediato. Tenemos un gran castillo enorme por el que movernos, repleto de enemigos demoníacos que nos pueden dar una habilidad especial (esto seguro que nos trae memorias del gran Aria of Sorrow); y por supuesto, multitud de armas, armaduras, accesorios, power-ups y secretos por doquier dispuestos para ser encontrados no sin esfuerzo. También se han incluido numerosos guiños y diversos easter-eggs que los seguidores de Castlevania reconocerán enseguida.

Miriam es una «shardbinder», y esto básicamente es el pilar central del gameplay de Bloodstained. Cuando eliminamos un enemigo, hay un grado de probabilidad de que podamos conseguir su habilidad/fragmento. Esto nos otorga una habilidad ofensiva especial que podemos usar contra los enemigos gastando puntos de magia; o, por otra parte, nos puede ayudar esta habilidad a explorar el castillo. Hay de diferentes clases: tenemos las habilidades de proyectil, las de proyectil direccional, habilidades de invocación, pasivas y, por último, los familiares, que son criaturas que nos acompañan y nos guardan las espaldas contra los enemigos.

Por supuesto, estos juegos también poseen un fuerte componente RPG, y eso significa que por cada enemigo derrotado vamos a obtener EXP, y en consecuencia, eventualmente subiremos de nivel. Esto obviamente hace que Miriam sea más fuerte y podamos encarar mejor los enemigos más peligrosos del juego (incluyendo, claro está, los jefes finales). Este matiz se complementa con el uso de armas y equipamiento, contando Bloodstained con una gran variedad de armas, estilos de combate, protecciones y accesorios. El título nos invita a farmear bastante, no solamente EXP, sino los fragmentos y los clásicos ítem que pueden soltar los enemigos.

Todo esto nos permite poder usar un gran número de estilos de juego. ¿Queremos centrarnos en el combate a distancia? Podemos usar magias a distancia y pistolas. ¿Queremos centrarnos en el combate cercano? Podemos usar cuchillos o espadas en conjunto con magias ofensivas (como una invocación de espada-sierra que hace mucho daño). Las posibilidades son enormes, y Bloodstained nos invita a probar nuevas estrategias contra todos los enemigos. Poseemos además una habilidad que nos permite guardar perfiles de magias/equipamiento para poder cambiar en cualquier momento según la situación lo requiera.

El mapa de Bloodstained: Ritual of the Night es enorme, y afortunadamente todo conectado. Algo que no me acabó de convencer de los Castlevania Portrait of Ruin y Order of Ecclesia fueron los mapas que se dividían en zonas, quitando esa sensación de estar encerrado en un castillo gigantesco. Como en los otros juegos de Koji Igarashi, el castillo tiene muchas zonas diferentes, con estéticas distintas y músicas ambientales específicas. Uno de los objetivos es tratar de conseguir descubrir el cien por cien del mapeado, tarea que no es precisamente fácil. Cabe mencionar que muchas de las zonas del juego son evidentes homenajes a los anteriores Castlevania.

Aparte de la misión principal del juego, como ya ocurría con Order of Ecclesia, ciertos personajes nos darán misiones secundarias para completar, con jugosas recompensas que invitan a ser partícipes de todas y cada una de ellas. Estas misiones van desde eliminar un cierto número de enemigos, conseguir determinados objetos, cocinar platos específicos, etc. Luego tenemos las tareas opcionales de esta clase de juegos: completar el bestiario, las habilidades, los objetos… Terminarlo todo al 100% nos puede llevar muchas horas, y es de justicia decir que resulta bastante satisfactorio desbloquearlo todo de principio a fin.

La alquimia es un elemento importante en este Ritual of the Night. Un personaje secundario nos ofrecerá su ayuda para poder mejorar las habilidades (usando objetos específicos que dejan los enemigos), crear objetos (siempre que tengamos la receta desbloqueada), cocinar platos (importante si queremos recuperar vida y obtener boosts temporales) y desmantelar objetos para conseguir materiales. También tenemos la clásica tienda, donde podemos comprar todo tipo de objetos, vender lo que no usemos e incluso vender fragmentos repetidos.

De por sí, Bloodstained: Ritual of the Night es un juego muy completo, pletórico en lo que a contenido se refiere. Pero además, este contenido se va a expandir próximamente, ya que Igarashi anunció que, excepto un DLC, todo el contenido va a ser gratuito. Incluyendo diferentes modos de juego, personajes, trajes extra… El DLC de pago es un pack que en teoría es exclusivo y gratuito para los backers que alcanzaron cierto nivel de financiación en el kickstarter. Y es que es muy raro encontrar videojuegos cuyo contenido post-lanzamiento se ofrece de forma gratuita, y como no podría ser de otra manera, este detalle se agradece.

En lo que respecta al apartado visual, el juego es una maravilla. Bloodstained tiene una representación en tres dimensiones, si bien su desarrollo transcurre en formato 2,5D, de forma que todos los modelados ─tanto de personajes como de escenarios─ son poligonales sobre un plano jugable 2D que es cien por cien Castlevania clásico. Cada habitación es diferente y única, transmitiendo una gran experiencia el hecho de poder explorar todo el castillo. Los enemigos poseen grandes diseños, muchos de ellos familiares, y los personajes son muy carismáticos. Se llega al punto de que incluso podemos personalizar el aspecto de Miriam, cambiando su peinado, color del pelo, ojos, pies, etc; así como el poder hacer uso de varios accesorios.

Y si nos referimos a la música, nos volvemos a repetir: es otra maravilla. ¿Qué otra cosa podemos esperar de las composiciones de Michiru Yamane? Bloodstained nos ofrece una grandiosa selección de música orquestal que harán delicias en nuestros oídos. Cada zona del mapa tiene su propia melodía, y todas ellas son magníficas. El doblaje en inglés no se queda lejos, y esta lleno de guiños. Por ejemplo, cierto personaje secundario está doblado por David Hayter (más conocido por ser la voz de Snake en la saga Metal Gear Solid), e incluso Igarashi ha conseguido traer de vuelta al actor de doblaje que puso la voz a Alucard, Robert Belgrade, con un personaje que es claro homenaje al protagonista de Symphony of the Night.

El juego está muy cuidado en todos sus aspectos. Sin embargo, no está exento de ciertos fallos que empañan ligeramente el resultado final. En PlayStation 4, la versión 1.02 provocaba tener que empezar de nuevo la aventura si habíamos comenzado antes de dicho parche. Existen ciertos «crasheos» que ocurren de forma aleatoria cuando leemos un libro de una estantería, y en ciertos puntos del mapa, el framerate se ve reducido de forma considerable. Seguramente muchos de estos problemas se verán solucionados en posteriores parches de actualización.

¿El resultado final de Bloodstained: Ritual of the Night ha merecido la pena la espera? Absolutamente. Koji Igarashi y su equipo han conseguido tomar todos los elementos clásicos de los “Metroidvania” para crear una nueva experiencia repleta de contenido, grandes mapas, múltiples enemigos y majestuosa música. Esta obra es una cita ineludible para todo fan de Castlevania, y especialmente los seguidores de los juegos de esta clase. Es positivo ver que un proyecto que empezó como un kickstarter se ha acabado convirtiendo en un grandísimo videojuego, y que incluso puede mejorar todavía más gracias al feedback. Muchos otras compañías deberían tomar nota de esto.

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