Mira por donde que Justin Roiland, cocreador de la que con toda probabilidad sea la mejor serie de animación de todos los tiempos, Rick y Morty, le ha dado por meterse en el mundo de los videojuegos montando su propio estudio: Squanch Games. Pues sí, parece que el gato borrachuzo Squanchy ha servido de fuente de inspiración para que el amigo Justin se embarque en esta nueva aventura fuera de su zona de confort a los mandos de sus queridos trasuntos de Marty McFly y Doc Emmett Brown en este chifladísimo Trover Saves the Universe que acaba de llegar a Playstation 4 ─y PC─por vía casi exclusiva de la realidad virtual; porque aunque se puede jugar sin gafitas locas, no lo recomiendo en absoluto (más adelante sabréis por qué). Así que voy a tratar de transmitir lo que ofrece este nuevo título de realidad virtual que no es tarea fácil.

Empezando por la historia, se nos presenta un nuevo universo que su mismo creador ha insistido en que no pertenece al mundo de Rick y Morty (aunque por su sentido del humor y estética nadie lo diría), en el que un ser perteneciente a una raza que se desplazan en una especie de sillas de ruedas voladoras es interrumpido mientras pasea a su pareja de perretes por el villano de turno, y éste decide utilizar a sus mascotas para rellenar sus cuencas oculares vacías y así obtener un poder ilimitado que ponga en jaque al universo entero. Como veis, todo muy normal. Así que nuestro protagonista se ve en la obligación de pedir ayuda a su amigo Trover (un ser morado que por ojos tiene caras) para que le eche un cable en el rescate de sus perretes.

Y así empieza una aventura plataformera divertidísima que aunque a lo más cercano que me recuerda es a Astro Bot: Rescue Mission (sobre todo por su genial forma de aprovechar la VR para sorprender y, en este caso, hacer reír), lo que realmente ves en su núcleo y estructura es el clasicazo de Nintendo 64 Conker´s Bad Fur Day. Os aseguro que esta comparación no es para nada gratuita, ya que se nos presenta un esquema puramente plataformero 3D en los que se enlaza con fluidez fases de saltos de bastante más calidad de lo que podría parecer en un principio, con pequeñas quest de NPCs descacharrantes y secciones puramente “narrativas” de comedia pura que hacen avanzar la trama y nos presentan situaciones tan descojonantes como marranetas.

Así que si recordáis a Conker meando como recurso de defensa o a ese truño gigantesco cantarín como final boss, aquí tengo que decir que no llega a ese nivel de excelencia “excrementil”, pero se queda cerca. A lo que hay que sumar la inmersión que ofrece la realidad virtual y en cómo se utiliza para dejarte embobado/asqueado/descojonado a cada paso. Porque si hay una cosa que hace bien este juego es saber adivinar qué esperas como jugador de este tipo de entretenimiento y se esfuerza sobremanera en darle la vuelta de la forma más tarada posible. No me gustaría spoilear ninguno de los momentazos que ofrece, así que solo diré que intentéis ver más allá de cada situación que ofrece, y aun así os trolleará igualmente. Sus desarrolladores realmente consiguen hacerte sentir vendido y humillado ante situaciones que demuestran de forma muy inteligente saber reírse de ti, de los tics adquiridos de los videojuegos y hasta de ellos mismos.

Realmente esto se juega de forma muy similar al mencionado Astro Bot, en el que el jugador tiene una representación dentro del juego (si miras para abajo ves tu cuerpo extraterrestre postrado en esa silla voladora) de forma independiente al avatar que manejamos, Trover, a través del mando de PS4 que vemos también en nuestras manos virtuales. Eso sí, a diferencia del título de Japan Studio, aquí nuestro ser no sigue al protagonista automáticamente buscando el mejor ángulo, sino que eso se hace manualmente. Me explico: tenemos que ir moviendo a Trover hacia puntos clave de los escenarios para después acercarnos a su posición pulsando el gatillo, pudiendo mover la silla hasta tres alturas diferentes (a ras del suelo, mediana altura y vista aérea) y girarla siempre buscando la mejor perspectiva y bregando con la VR como un crío toqueteando su nuevo juguete. A la vez, por supuesto, que podemos girar nosotros la cabeza en pos de buscar esos bebés atómicos bien escondidos que hacen las veces de los robotitos que rescatamos en Astro Bot.

Es una buena forma de darnos la posibilidad de explorar libremente escenarios 3D hacia delante y hacia atrás como si de una versión VR de Mario 64 se tratara (Astro Bot era siempre hacia delante), hecha de esta manera, asumo, para evitar los temidos mareos. Y no voy a dejar de admitir que por mucho que entienda por qué lo hacen, el resultado es bastante más incómodo y agotador que jugar a un plataformas al uso; pero también es cierto que es algo que se compensa de sobra por el don que tiene la realidad virtual de hacerte sentir dentro “de verdad” para bien y para mal. Porque cuando un personaje te tire sus propias heces a la cara en plan “¡fuera de mi casa!”, vas a sentir como la mierda te chorrea por la cara… Como he dicho, en Squanch Games son bastante troll, y no desaprovechan la mínima situación para hacerte sentir un Morty en manos de su Rick.

Entonces, lo malo y lo bueno que tiene Trover Saves the Universe es que se puede jugar tanto con PSVR como sin él. No estamos hablando del caso Ace Combat 7 con su campaña clásica y su historia aparte creada exclusivamente en VR, sino que hablamos de un programa claramente VR que se puede jugar tal cual sin el casco puesto. Y cuando digo tal cual, es tal cual. No hay ninguna diferencia ni en contenido ni en gameplay de jugar en tu tv a ver el juego en el casco, con la única diferencia de tener que mover el stick para mirar alrededor en vez de la cabeza y sacándonos de toda la gracia que le da la inmersión que solo una experiencia en VR puede transmitir de esa manera tan concreta. Estamos hablando que todos esos chistes y esa jugabilidad basada en tenerte dentro del juego tienen un trasvase directo al formato tradicional, con todo lo malo que ello conlleva.

Aunque esto podría ser algo muy bueno de cara a hacerlo disfrutable para todo poseedor de PlayStation 4 sin necesidad de hacer la inversión en las gafas locas ─algo que no se puede decir por desgracia de Astro Bot─, lo cierto es que lo veo un arma de doble filo en la situación concreta de ese jugador que quiera acercarse a este título sin tener las gafas y crea que va a poder disfrutar plenamente la experiencia, porque realmente no es así. Con todo esto es fácil hacer la síntesis: si tenéis PlayStation Gafas Locas (PSGL) y ya habéis completado Astro Bot, y más aún si sois fans de Rick y Morty y necesitáis que se os haga más placentera la espera hasta el estreno de la cuarta temporada, tiraros de cabeza a por lo último de Justin Roiland. Vais a pasarlo Squanch.

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