Space_Manbow_boxLos usuarios de MSX nunca terminábamos de acostumbrarnos a la tremenda calidad que ofrecían los juegos de Konami para nuestro sistema. Desde los mismos inicios de la compañía, la práctica mayoría de los cartuchos ROM desarrollados para el estándar japonés terminaban convirtiéndose en clásicos instantáneos, eclipsando en todos los sentidos al mejor de los programas del resto de desarrolladoras. Así, no es de extrañar que cualquier fan de estas computadoras cite entre sus videojuegos favoritos nombres como Knightmare, Penguin Adventure o Nemesis.

Las circunstancias impidieron que Konami no se prodigase en exceso con la segunda generación de MSX, aunque sí pusieron sobre la mesa una serie de juegos que, de manera indiscutible, han pasado a formar parte de la mítica historia de los videojuegos. Títulos como Vampire Killer, Snatcher o Metal Gear han dejado tal huella que incluso son reconocidos por aquellos ajenos a las vicisitudes de esta era. Space Manbow, uno de los mejores lanzamientos de la compañía para MSX2, ha quedado injustamente relegado a un segundo plano (entre otros motivos por el hecho de no haber salido de Japón de forma oficial), detalle el cual intentaremos subsanar dentro de nuestras humildes posibilidades.

Para los que no les suene de nada este título, decir que Space Manbow es un matamarcianos al más puro estilo Gradius, pero con ingentes novedades en su desarrollo y un apartado técnico por el que no han pasado los años. Lanzado en 1989, este cartucho de dos megabits para era capaz de hacer temblar los cimientos del hardware que lo acogía, resaltando de forma contundente la aplastante superioridad técnica de estos ordenadores con respecto a las habituales máquinas de ocio que se asentaban en nuestro país por aquellos entonces.

Así, estábamos ante una auténtica obra de arte del píxel, con sprites mucho más detallados y de mayor tamaño que los vistos en los anteriores shoot’em up de Konami, y acompañados por un suavísimo scroll horizontal parallax hasta entonces inédito en los juegos de la compañía (siempre y cuando pasemos por alto la suavidad vista en clásicos como Pippols o Circus Charlie). Era muy sencillo maravillarse con el fastuoso plantel visual del programa, donde destacaban por méritos propios los sobresalientes escenarios y unos tremebundos final bosses capaces de quitar el aliento. Del mismo modo, el sonido volvía a refrendar el hecho de que los chicos de Konami eran los mejores en su oficio, con talentos como Kazuhiko Uehara, Michiru Yamane, Tsuyoshi Sekito y Yasuhiko Manno ofreciendo uno de los mejores trabajos musicales que se han hecho sobre el siempre impactante chip SCC.

La mecánica de Space Manbow, heredada de Nemesis, Salamander y compañía, tenía un marcado carácter que le confería una personalidad capaz de alejarlo de los juegos anteriormente citados. Con una concepción bastante cercana al desarrollo de un furioso arcade, Space Manbow impactó a propios y extraños por su elevada capacidad jugable, apostando por un concepto más directo ─y en cierto modo más sencillo─ que el que proponía la franquicia Gradius. Es de justicia añadir que, en 1988, Konami lanzó una máquna recreativa de la que Space Manbow no oculta más de una influencia: Thunder Cross.

Extrañamente, Space Manbow no ha tenido continuidad dentro del universo Konami. En todo caso, Gokujou Parodius hizo simpática mofa del concepto «Manbow» ─con los personajes Mambo y Samba─, mientras que Ganbare Goemon en su versión Nintendo DS permitía la posibilidad de jugar a la primera fase del juego en lo que era un curiosísimo bonus (que requería insertar también el Goemon que saliera en Gameboy Advance). Por lo demás, poco se puede añadir sin caer en tópicos redundantes. Simple y llanamente, confiad en el que esto suscribe y echadle un ojo a este maravilloso Space Manbow. Disfrutarlo hoy día en un ordenador MSX2 (mejor si es MSX2+) es un lujo que quizás no esté al alcance de muchos, pero es de justicia tratar de honrar la existencia de uno de los mejores matamarcianos de la historia.

3 COMENTARIOS

  1. ¡¡¡Es un juegazo!!! Y el artículo es el justo homenaje a un juego que, cuando vimos en nuestras máquinas, se te hacía imposible de creer que fuese un 8bits! ¡Brutal, simplemente! Y un must-have en la colección de todo retro-fan

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