Imagina que despiertas y te llevas la tremebunda sorpresa de encontrarte flotando en el espacio, rodeado de lo que parecen ser los escombros de una estación destruida. No recuerdas nada, no sabes qué es lo que ha pasado, pero queda claro a las primeras de cambio que estás en una situación límite. Para colmo de males, el EVA (extravehicular activity) de tu traje espacial está roto, por lo que no son muchos los segundos de oxígeno que te quedan para aferrarte a la vida.
Así de impactante es el comienzo de Adr1ft, una auténtica aventura de supervivencia que ha sorprendido a propios y extraños por su particular propuesta. No es la primera vez que un videojuego nos pone en semejante tesitura, pero quizás es en la presente obra de Three One Zero donde se representa como lo que es: una situación angustiosa y de constante tensión. Más o menos como lo que supuestamente vivió Adam Orth, uno de los máximos responsables del título (y antiguo trabajador en Microsoft), cuando se manifestó en las redes sociales ─de mala manera, todo hay que decirlo─ apoyando la política de conexión permanente a internet que Microsoft promulgó con el anuncio de Xbox One.
La mala gestión de sus palabras en Twitter propició el que tuviera que salir de la compañía de Redmond “por la puerta de atrás”, no quedando claro a día de hoy si fue la propia Microsoft la que lo despidió o si fue él mismo el que decidiera marcharse ante la presión social (apostamos por lo primero). Al menos todo esto ha derivado en el hecho de que Adam Orth aportara su importante granito de arena en este Adr1ft, un sólido trabajo muy capaz de llamar la atención por méritos propios, y más aún si se disfruta vistiendo unas gafas de realidad virtual.
Y es que estamos ante una intensa experiencia cuyos valores son más que susceptibles de ir más allá del factor jugabilidad, siempre y cuando nos dejemos llevar por el cúmulo de sensaciones que propone y transmite. La ambientación es simple y llanamente brutal, apoyándose en unos entornos desarrollados con las bondades técnicas que ofrece Unreal Engine 4. La limpieza del escenario (con los impolutos blancos que esperamos en una base espacial) contrasta con la mortal apariencia del vacío entre las estrellas y los escombros de la base flotando, con la impresionante vista del planeta azul de fondo. La respiración ─importantísimo el apartado sonoro─ no deja de estar ahí, acentuándose ante la inexorable ausencia del oxígeno restante.
Nuestra protagonista tiene la capacidad de moverse tal y como lo haría una persona en el espacio, con gravedad cero, no teniendo límite alguno en este sentido. El control implementado para ello es sencillísimo, pero la propia lógica del entorno hará que nos despistemos en más de una ocasión, aportando su importante granito de arena al desasosiego de la situación. Pero lo dicho, es fácil acostumbrarse (el tutorial en este sentido es notable) en pos de centrarnos en factores más relativos a la aventura en sí. Y en este aspecto, y a pesar de la excelente ambientación, es quizás donde más flojea Adr1ft.
Porque, a pesar de que la premisa invita a pensar en un desarrollo más variado, nuestro objetivo no deja de ser un simple paseo de un punto a otro, un clásico “de A a B” en el que prácticamente lo único que tenemos que hacer es coger botellas de oxígeno para ir rellenando nuestra reserva. Aparte, existen ciertos elementos (como computadoras o documentos) que aportan contexto, pero, lejos de aportar enjundia, rompen un ritmo que debería haber sido un tanto más cuidado para lo que son las cuatro horas que dura el juego de principio a fin.
Esto se traduce en que Adr1ft, como la experiencia que es, posee un factor de rejugabilidad ciertamente bajo. No obstante, y a pesar de todo lo dicho, es una propuesta muy interesante, y como mínimo debería ser paladeada una vez a poco que te apasione el espacio, la astronomía, la ciencia ficción o los buenos thrillers. Quizás el precio con el que ha salido a la venta pueda ser un tanto abultado para lo que verdaderamente ofrece, pero, como he dicho, es una inmersiva experiencia repleta de buenas maneras. Y por supuesto, al menos en lo que a la versión PC se refiere, es de lo más alucinante si vivimos la aventura con unas gafas VR. Veremos a ver qué pasa en este sentido con las PlayStation VR, porque, de poderse utilizar, tendremos en Adr1ft un lanzamiento a todas luces imprescindible.
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