Dos años han pasado de aquel Crash Bandicoot N Sane Trilogy que demostró que el éxito del loco invento de Naughty Dog ni era casualidad ni era cosa de una generación ya pasada. El marsupial creado por Andy Gavin y Jason Rubin, que tuvo su época de gloria en la primera PlayStation, certificó de manera contundente que su atractivo y su capacidad de entretener al personal sigue en el corazón de los jugadores de hoy. Y tras arrasar en las listas de venta, no era de extrañar que el siguiente paso fuese convertir a las plataformas actuales otra iteración de éxito con nuestro Crash ─y nunca mejor dicho─ al volante.
Así es como llega Crash Team Racing Nitro Fueled, justo veinte años después de aquel Crash Team Racing que con toda justicia se convertiría en el juego de karts por excelencia de la vieja PsOne. Si ya antaño consiguió con los usuarios de la gris de Sony tuviesen una más que portentosa respuesta al maravilloso Mario Kart de Nintendo 64, el nuevo Crash Team Racing Nitro Fueled renueva el poso de antaño erigiéndose el juego más vendido de PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch durante varias semanas en el Reino Unido, alzándose por encima de habituales best sellers como Red Dead Redemption 2 o FIFA 19. Ni siquiera las salvajes ofertas de los “PlayStation Days” han mermado el impacto comercial de su salida al mercado (algo que hay que agradecer a su amable precio de salida), convirtiéndose en el mejor tercer estreno del presente 2019, superado únicamente por bombazos como Resident Evil 2 y Days Gone.
De hecho, y esto es un dato especialmente relevador de cara a tener en cuenta la relevancia tanto de los personajes como lo que es en sí la expectación del público hacia un título y otro, Crash Team Racing Nitro Fueled, en el poco tiempo que lleva en las tiendas, ya ha vendido cuatro veces más que su más cercano competidor, el Team Sonic Racing de Sega. Que todo hay que decirlo, tal desproporción no es desde luego equitativa con la calidad de los productos; es decir, Team Sonic Racing es un más que estupendo juego de carreras que esconde tras de sí muchísimas horas de diversión, amén de poseer en sí un punto de sofisticación que no tiene este Crash Team Racing al provenir de un título con dos décadas a sus espaldas. De un modo u otro, los usuarios somos los más afortunados, al tener dos estupendas alternativas dispuestas a la diversión en su más pura esencia.
Con todo, y a pesar de tratarse de un remake que respeta al máximo la estructura de la obra original, cabe decir que Crash Team Racing supo adaptar la clásica propuesta de los juegos de karts para plasmar un concepto que, tal y como podemos comprobar hoy, se denota como adelantado a su tiempo. Porque, visto hoy día tal y como lo podemos contemplar en el remake que ahora mismo nos ocupa, resulta tan fresco como antaño, aunando a las consabidas opciones de este tipo de juegos (time trial, carreras multijugador, campeonatos…) un modo historia que propone un mapeado centrar que sirve como nexo hacia las distintas carreras, compitiendo con una motivación que va más allá del ganar por ganar, amén de lo que significa en lo que a extras, reliquias y demás coleccionables se refiere; por no hablar de nos frenéticos enfrentamientos contra bosses de impresión. Un planteamiento heredado, todo hay que decirlo, del estupendísimo Diddy Kong Racing de Rare, publicado en Nintendo 64 dos años antes que el Crash Team Racing original.
Algo que quizás puede resultar chocante para el jugador de hoy es la dificultad de la que hace gala este remake. Si bien el modo “fácil” puede pecar de ser demasiado asequible, a partir del nivel “normal” la cosa se puede poner tan dura como para exasperar al más curtido. Hay que hacer constar que Beenox, los encargados del presente desarrollo, han sido bastante fieles a la mecánica y manejo del juego original, y de hecho es de justicia definir que, pad en mano, Crash Team Racing Nitro Fueled es una auténtica delicia. Pero metidos en competición, el exigente control (la mecánica de derrapes y turbos no es especialmente intuitiva) y la mala uva de los rivales es más que susceptible de hacer que una y otra vez acabemos las carreras alejados del podio. Si pensamos que Mario Kart 8 se pone puñetero cuando nos ponemos en las primeras posiciones, aquí preparaos para recibir todo un bombardeo de crueles ítems estemos en el puesto que estemos.
De todas maneras, y a pesar de que nos fastidien sin compasión, Crash Team Racing Nitro Fueled es divertido a más no poder. Pica de mala manera, y es capaz de tenernos en un mismo circuito una y otra vez hasta que logremos rascar algo positivo… y esto os lo dice un tipo muy poco paciente, ojo. Ayuda un diseño de escenarios que denota mucha inteligencia a nivel de desarrollo de jugabilidad, siendo no solo agradables para la conducción, sino entretenidos de principio a fin. La gran novedad es que no nos ceñiremos a los recorridos del original Crash Team Racing, sino que también contaremos con circuitos de Crash Tag Team Racing y de Crash Nitro Kart, siendo en conjunto un compendio tan abultado como variado.
El trabajo de Beenox llevando a la actualidad un juego con dos décadas a sus espaldas ha sido magnífico, no estando a la zaga del realizado por Vicarious Visions para aquel Crash Bandicoot N Sane Trilogy que tan bien lucía. Es bastante impresionante observar el nuevo modelado de los personajes, que aún respetando los conceptos artísticos del juego original logran que se vean impresionantes. El nuevo Crash y su kart, repleto de detalles como el pelaje, las brillantes texturas, las desmesuradas (y su vez naturales) animaciones… Una auténtica pasada que va muy de la mano de los remozados escenarios. Por ello, Crash Team Racing Nitro Fueled es de pleno un juego de esta generación, acusándole en todo caso el hecho de que su rendimiento se quede en unas 30 imágenes por segundo que siempre se me antojarán limitadas para un videojuego de este tipo.
Con esta nueva producción de Activision dando vida a Crash y a su elenco de personajes vamos a tener horas y horas de insano vicio. Crash Team Racing Nitro Fueled es un título increíblemente agradable de manejar, con la propuesta de un reto tan interesante como desafiante (y a veces desesperante). Además, su faceta multijugador es de esas que prometen trifulcas familiares más que susceptibles de eternizarse reunión tras reunión, como buen ejercicio de karts que es. Si a su preciosa puesta en escena le sumamos también un precio de salida bastante sensato, solo cabe decir que esta nueva encarnación es ciertamente imprescindible a poco que te pique el gusanillo con este tipo de juegos.