Target Renegade es uno de esos juegazos que sin duda alguna marcaron toda una época, colmando los deseos de todos los que en los 80 pululábamos los salones recreativos y anhelábamos una versión hecha y derecha de Double Dragon para nuestros ordenadores personales. Quizás por su particular género, a pesar de tratarse de una auténtica maravilla en todos los sentidos, nunca llega a atisbar un lugar entre las obras maestras del software de entretenimiento. Algo injusto, cuando se trata de uno de los mejores programas jamás lanzados para plataformas como Spectrum o Amstrad CPC. Porque Target Renegade es un peleón beat’em up al que no se le podía poner ni una pega; redondo en lo técnico y ejemplar en lo concerniente a su titánico factor lúdico. Era mucho más que la segunda parte de un clásico, sino que en su momento se le trató como el número uno de la lucha callejera, tomando lo mejor de su primera entrega y de otros grandes de los recreativos para hacer el mejor arcade de lucha callejera de la época. Así lo pueden confirmar los muchísimos usuarios que con toda justifica lo colocan en la cumbre de los añorados ordenadores de 8 bits.

Target Renegade (versión Amstrad CPC)

Target Renegade se convirtió de inmediato en uno de los lanzamientos más populares de su época, siendo jugado hasta la saciedad tanto en Spectrum como en Amstrad CPC. Y es que en estos sistemas no eran demasiados los programas tipo arcade que permitiesen el multijugador, con dos personas participando simultáneamente al estilo de las máquinas recreativas. La mayoría de las veces se hacían traslaciones en las que eso de jugar a «dos players» se acababa perdiendo en el proceso (algo lógico dadas las restricciones del hardware); pero la buena gente de Ocean ─trabajando para la ocasión bajo el sello comercial Imagine─ convirtió este matiz en uno de los mejores baluartes del presente título, y basándose en la idea de Technos y Taito con el primer Renegade, pulió todos los puntos del ya de por sí estupendo producto para lanzar esta auténtica bomba de las que marcaban época.

Target Renegade (versión Spectrum)

A pesar de que el Target Renegade de Commodore 64 no incluía la ansiada opción para dos usuarios (algo debido a la complejidad de los sprites que para esta versión se curraron John Palmer y Martin McDonald), técnicamente demostraba encontrarse a otro nivel, explotando con bastante arte el potencial visual de la máquina. Por desgracia, la pérdida del segundo jugador no fue el auténtico lastre de esta encarnación del juego, ya que a nivel de diversión perdía bastantes enteros si entrábamos en comparaciones con lo ofrecido en el resto de ordenadores. El código de David Collier presentaba serios problemas con la detección de golpes, amén de una dificultad mal ajustada que mermaba sobremanera el entretenimiento. Aún así, es una conversión que merece la pena contemplar al detalle.

Target Renegade (versión Commodore 64)

Como ya se ha mencionado, Target Renegade tiene como precedente un auténtico clásico de clásicos: Renegade. Aunque tiende a ser reconocido sobre todo por las distintas conversiones a los ordenadores de la época, la creación de Yoshihisa Kishimoto (también autor de Double Dragon) tuvo su origen en los salones recreativos por parte de Technos Japan, siendo la máquina distribuida en 1986 por la multinacional Taito. Como verdadero pionero de todo un género, Renegade triunfó con su inefable fórmula: chico contra los gamberros del barrio, artes marciales de postín… nada mejor para una década marcada por los patadones de Michael Dudikoff. Cabe decir que la original versión japonesa de Renegade no era tal; se llamaba Nekketsu Kouha Kunio-Kun, siendo el primer título de la interminable saga de títulos del beligerante Kunio. A nivel personal, os recomiendo de corazón echarle un ojo al brutal Shin Nekketsu Kouha Kunio Tachi no Banka de Super Nintendo.

Renegade (versión arcade)

Siguiendo con Target Renegade, era complicado pensar en un juego con semejante calidad y que no fuera trasladado tarde o temprano al entorno de las videoconsolas. A pesar de que el juego fue desarrollado por Ocean/Imagine (concretamente por el fantástico dúo compuesto por Mike Lamb y Dawn Drake), Taito, en vista del tratado anterior para que los ingleses versionaran su Renegade, se encargaron de trasladar esta segunda iteración para la polifacética NES. Pero curiosamente no fue programado por los propios nipones, sino convertido por los anglosajones de Software Projects. Y el resultado, aunque muy alejado del concepto de Lamb y Drake, fue bastante decente, y con el peso que supone lucir una banda sonora orquestada por el maestro Tim Follin. Incomprensiblemente, se pasó por alto la esencial opción para dos jugadores simultáneos, algo difícil de entender dado el marco de circunstancia. Al menos queda el consuelo de que es un juego más que aceptable en términos de diversión, y muy a la par de la entrega para C64 en el aspecto técnico.

Target Renegade (versión NES)

Y poco más queda tras esto. La franquicia continuó con Renegade III, the Final Chapter; pero es que ni voy a entrar en detalle de lo aburridísimo que era y de lo mal planteado que estaba… la desvirtuación de toda una saga, vaya. Un terrible «Renegade contra dinosaurios» terriblemente planteado por, entre otros, Andrew P. Deakin y Zach Townsend, del que solo se salvaban sus correctos gráficos y las melodías del portentoso Jonathan Dunn. Ahí se acabó. Mientras tanto, ¿por qué no soñar con una nueva encarnación de Target Renegade que hiciera justicia al clásico? O mejor, ¿por qué no volver a jugar al original en Spectrum o en el CPC de Amstrad acompañado por ese mismo colega de la infancia?

El infame Renegade III (versión C64)

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