En mitad de un partido de FIFA 19, se le viene a uno a la cabeza una… digamos “interesante” reflexión acerca del juego y sus diferentes entregas. Y es que siempre está la tesitura de ver y transmitir lo diferente de una edición con respecto a la del anterior año, las mejorías que habían hecho acto de aparición después de los doce meses de rigor. Comenzamos a enumerar detalles: la física es más natural, hay menos carriles, los porteros reaccionan de forma notable… En todas estas es fácil estar más o menos de acuerdo. Pero claro, es entonces cuando llegar esa reflexión, el pensamiento de que prácticamente todos los años se decían una y otra vez las mismas cosas, casi como haciendo ver que el juego del año pasado era tan terriblemente inferior al lado del nuevo lanzamiento. A lo cual también se pregunta uno al respecto de cómo hubiese sido la situación si FIFA 18 hubiese salido en lugar del 19. O sea, que si el juego que nos encontrásemos ahora en las tiendas fuese el que fue FIFA 18 después de un año (algo menos en las ediciones next-gen) jugando a FIFA 19. ¿Seguiríamos diciendo las mismas cosas? ¿Nos daríamos cuenta de la supuesta “involución”?

FIFA 19

Llegamos a la conclusión de que probablemente seguiríamos repitiendo como loros lo que una potentísima maquinaria de marketing nos induce a pensar, o como poco aquello que, por un motivo u otro, terminamos intuyendo como pequeñas mejoras, lejos de atisbar esos cambios como lo que en verdad son: cambios. Alteraciones en sí necesarias para justificar un nuevo producto, para que tengamos en nuestras manos un videojuego que podamos considerar con todas las de la ley como un ejemplar diferente, con carácter propio. Está por ver si las diferencias plasmadas justifican de alguna manera el que el usuario invierta en una nueva entrega, y más cuando existen no pocos jugadores terminan añorando detalles del pasado, derivando en lo que probablemente, y a modo de respuesta objetiva, sea que no.

PES 2019

No obstante, es muy fácil que un producto como FIFA termine encontrando un estancamiento en el que cualquier proceso evolutivo corre el riesgo de estropear una fórmula que funciona, encorsetando su avance a un constante refinamiento de tácticas y técnicas. Tras probar FIFA 19, seguimos reafirmándonos en que la presente edición tiene una única razón de ser, y no es otra que el entregar a los fans de la franquicia un juego de fútbol que se esmera en no decepcionar. Sólo ellos ─o debería decir nosotros, puesto que nos incluimos sin ningún tipo de dudas─ serán capaces de saborear y paladear las mejoras introducidas respecto a la dinámica jugable del pasado año. Porque no existen gigantescos cambios de ritmo ni remontadas épicas en las entrañas de la programación del nuevo FIFA, pero sí es notorio el hecho de que se han reforzado todas y cada una de las líneas. Lo malo es que, ante el titánico esfuerzo realizado por la competencia, que plasma por fin un Pro Evolution Soccer al que no le cabe otra palabra que excelente, quizás lo que propone FIFA 19 con respecto a FIFA 18 no termine de compensar más allá de los números. Y digo quizás, porque, para empezar, para gustos colores; y en segundo lugar, que el aficionado al balompié no debería tener que elegir uno solo, pudiendo disfrutar de la posibilidad de saborear dos fantásticos juegos de fútbol.

FIFA 19

Cuando se habla de los números de FIFA, en esta ocasión hay que hacerlo con más énfasis si cabe. Ya no solo por la cantidad de licencias, de modos de juego. De cómo se cuida al usuario que solo se aferra a las modalidades offline, de la capacidad de introducir esta vez en el siempre genial “el camino” hasta tres historias (con tres personajes, uno de ellos femenino) en paralelo. Y, para rematar la faena, con la adquisición de dos campeonatos de peso como la Champions League y la Europa League, un “robo” de los que hacen mella a una Konami que había presumido de ambos trofeos desde hace ya bastantes años. Esto último se junta con la habitual carencia de licencias de las que hace gala Pro Evolution Soccer, que en cierto modo se queda este año poco menos que desahuciado.

PES 2019

No obstante, aquellos que hayan adquirido el nuevo PES 2019 en PC y PlayStation 4 pueden suplir todo lo relativo a la falta de equipos y estadios con los ya famosos “option files”, una serie de archivos de fácil instalación ─el juego tiene sus opciones concretas para admitir este tipo de actualizaciones externas─ capaces de pones al título de Konami a la altura del mejor de los FIFA en este sentido. Todo ello, por supuesto, gracias al tremendo esfuerzo de la apasionada comunidad de usuarios que desde hace ya muchos años hacen de Pro Evolution Soccer un producto aún más grande de lo que ya de por sí es, algo de lo que Konami es más que consciente. Desgraciadamente, el entorno Xbox se queda fuera de todo esto, debido a la política de Microsoft con respecto a la introducción de modificaciones externas por parte de los usuarios. Aún así, equipos como el Barcelona FC, el Arsenal o el Liverpool sí están representados con todo lujo de detalle, así como las ligas portuguesa, la francesa, la argentina o la brasileña, que cuentan con sus pertinentes licencias.

FIFA 19

Más allá de todo esto, el usuario de videojuegos más o menos aficionado al fútbol sabe lo que ofrece cada título. Para muchos, el grueso de FIFA 19 seguirá siendo el modo Ultimate Team, mientras que en PES 2019 se apuesta por la clásica Liga Master. Aquí ya es pura cuestión de preferencias, y es imposible recomendar un modo por encima del otro. Igualmente, los enfrentamientos online, ya sean amistosos con con campeonatos de por medio, están repletos de posibilidades, y llama la atención lo bien que funciona este año el código de red implementado por Konami. Al contrario que en pasadas ediciones, salvo un único partido no he experimentado ni un solo problema jugando en línea a PES 2019, con encuentros sumamente satisfactorios y con un feedback prácticamente idéntico al obtenido jugando offline. A este respecto, FIFA 19 sigue la línea marcada por Electronic Arts desde hace bastantes años, ofreciendo una conexión ejemplar.

PES 2019

Donde hay bastantes diferencias entre un juego y otro es una vez saltamos al césped. FIFA sigue siendo FIFA, y PES continúa con sus más que reconocibles maneras… Pero mientras FIFA 19 es un muy buen ejemplar en la línea de las anteriores (y excelentes) entregas, el último Pro Evolution es claramente la mejor entrega de la saga en años. La franquicia de Konami ha ido en cara evolución, después de, prácticamente, haber descendido a los infiernos de la mediocridad. Ha costado remontar, rememorar los tiempos en los que PES era el fútbol con mayúsculas… Y hoy creemos que PES 2019 lo ha conseguido con holgura, al punto de convertirse para el que esto suscribe en el mejor juego de fútbol que ha jugado en muchos, muchos años. Es fascinante la manera en la que se recrea con absoluta fidelidad todo lo que ocurre en un partido. Las reacciones de los jugadores, la naturalidad de la IA, el ritmo de juego, el balón (la física y su peso son increíbles), el control… Nada parece fallar en PES 2019. Además, han incorporado un detalle proveniente del pasado FIFA 18, que es el de los cambios al vuelo, pudiendo sustituir jugadores sin tener que entrar en los menús de pausa.

FIFA 19

Por su parte, FIFA 19 está a un nivel altísimo. Al tacto no son pocos los detalles que parecen permanecer intactos en relación a su predecesor, que de por sí era toda una delicia jugable. No tiene el realista ritmo de PES, ni la naturalidad de los futbolistas a la hora de reaccionar y moverse por el campo; pero el factor fútbol lo respira por los cuatro costados. De principio a fin, cada encuentro plasmado por los desarrolladores de EA Sports celebran la fiesta del balompié con mucho más énfasis que la competencia, cuidando los detalles relativos a la ambientación como nadie. Esto es algo que se percibe también en algo como las locuciones, porque si bien Lama y González se nos antojan cansinos a día de hoy, suenan con mucha más naturalidad que la pésima implementación de las voces de Maldini y Carlos Martínez. Luego, por supuesto, con un manejo suave, muy directo, sumamente preciso. Y hablando de precisión, la gran novedad de FIFA 19 es la inclusión del disparo de precisión, que al convencional tiro a puerta le añade el poder pulsar oportunamente de nuevo el botón de disparo para que el chut sume eficacia; tratándose de un matiz al que cuesta acostumbrarse, pero que desde luego no está de más. De hecho, el jugador comprobará que este nuevo añadido se puede convertir en un factor determinante en no pocas ocasiones.

PES 2019

Con todo lo dicho, ¿qué juego es mejor? Uf, la puñetera pregunta de rigor, tan fácil de responder hace unos años y tan complicada en la actualidad. ¿Qué aconsejaría yo? Que, si te gusta el fútbol, te hagas con los dos. Parece que disfrutar de PES y FIFA de forma simultánea es poco menos que una herejía, y que, como en política, hay que elegir uno forzosamente sí o sí. Pero del mismo modo que el jugón de Call of Duty es capaz de disfrutar también de Battlefield, ¿por qué no se puede hacer lo mismo con el fútbol videojueguil? De poderse en lo económico, ¿por qué dejar pasar un excelente FIFA o el mejor PES de estos últimos años? No obstante, si yo tuviera que elegir uno… Quizás me quedase con Pro Evolution Soccer 2019. Por el momento es el que me está otorgando los momentos de fútbol más satisfactorios, el que me hace sentir que “de verdad” estoy jugando al deporte rey. Pero quizás si me preguntas dentro de un mes, te diga lo contrario, que me quedo con FIFA, del cual me parecen geniales muchas, muchísimas cosas. Lo grandioso es que el público pueda elegir entre tan grandísimos trabajos, el usuario es el que sale ganando de este disputadísimo partido.

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