No llega exento de polémica el nuevo Battlefield… Pero como en esta ocasión no me apetece darle voz a lxs cretinxs del mundo, vamos a centrarnos directamente en el producto, en lo que es un videojuego cercano a lo excepcional. Porque el último trabajo de Dice, aún siguiendo la línea marcada por la anterior entrega, merece muchísimo la pena, tanto por lo que da ahora mismo como por lo que está a punto de llegar. Olvidaos de cualquier tipo de prejuicios y pensad que estamos ante una producción que es imposible que te defraude a poco que te guste la acción en primera persona.

Aunque ya sabemos que la franquicia Battlefield otorga gran parte de su peso al componente multijugador, Electronic Arts sigue apostando por un modelo en el que no falta la clásica campaña, detalle que, todo hay que decirlo, se echa bastante de menos en el reciente Call of Duty: Black Ops 4. Dicho esto, lo que han hecho la siempre solvente gente de Dice es seguir exactamente el modelo planteado en Battlefield 1, dividiendo la campaña en diferentes episodios. En concreto, tres capítulos que transcurren en 1942, 1943 y 1944, plasmando lo que en conjunto sería una narración que refleja el transcurso de la guerra (un cuarto episodio se activará el 4 de diciembre).

A ello hay que unirle una introducción jugable a todas luces fantástica, un apabullante recorrido por algunos de los escenarios de la “gran guerra” en los que el único objetivo es terminar muriendo, reflejando con dureza el probable y fatídico fin de aquellos que sirviendo en su país agarran un arma como herramientas de un conflicto generado por tipos afanados a su sillón. Es algo parecido a lo que ocurría en la anterior entrega, donde veíamos a los Harlem Hellfighters en una refriega de la que no se esperaba que nadie saliera vivo. En esta ocasión, y con los mismos resultados dramáticos, se hace un cambio de escenario con cada salto, viviendo de primera mano todo lo negativo que tiene una guerra. En definitiva, una introducción que casi consigue hacerle sentir cierta culpabilidad al jugador por disfrutar, por decirlo de alguna manera, de lo que era un evento tan desesperanzador e ignominioso.

En lo concerniente a la jugabilidad de la campaña, destaca la variedad de mecánicas, dadas tanto por la naturaleza de los objetivos como por el escenario o el accesorio especial del personaje que controlamos. Un buen ejemplo lo tenemos en el episodio que se desarrolla en la fría Noruega, en el que nuestra protagonista tiene la capacidad de transportarse por la nieve utilizando sus esquís. Además de tener una gran libertad para abordar la misión desde la infiltración sigilosa más rigurosa (el mapa da grandes posibilidades al respecto), tendremos que cuidarnos también de que no nos alcance la hipotermia, combatiendo el gélido ambiente buscando hogueras o metiéndonos en casas y almacenes.

El factor variedad predomina a lo largo de estos capítulos, que si bien en general son algo cortos en lo que a duración se refiere, sí que otorgan plena satisfacción tanto por la historia ─y sus mecánicas─ como por lo sensacional del plantel audiovisual. Y es que el motor Frostbite en su tercera 3.0 sigue resultando de lo más espectacular, mostrando texturas a muy alto nivel, espectaculares juegos de luces, sombras y partículas y reacciones físicas que dan su mejor cara en los momentos de destrucción pura y dura. Por supuesto, todo moviéndose a sesenta imágenes por segundo y sacando lo mejor de cada hardware.

Aquí hay que hablar de lo fenomenal que rinde Battlefield V en cada sistema. Tanto en PS4 como en Xbox One tenemos algo espectacular de similar factura, con diferencias mínimas en lo concerniente a la resolución de pantalla que, la verdad sea dicha, resulta de lo más inapreciable. El salto dado por las respectivas versiones Pro y X de estas consolas es digno de reseñar, y las altas resoluciones se hacen notar de veras, especialmente en la máquina de Microsoft. No obstante, el verdadero shock nos lo encontramos en PC, donde la escalabilidad del programa hace que podamos alcanzar un nivel de detalle imbatible. Por ejemplo, la vegetación en PC es bastante más abundante que en Xbox One X. Y luego, claro está, nos encontramos con el aprovechamiento de la tecnología Ray Tracing de la que hace gala el juego si tenemos montada en nuestro ordenador una GTX de NVIDIA. A pesar de que el rendimiento se ve muy comprometido con el Ray Tracing al máximo, merece la pena sacrificar algún frame que otro para contemplar de pleno los preciosos reflejos, construyendo un realismo visual sin parangón.

Ya asomados a los entornos del online, Battlefield V también transmite sensaciones similares al respecto de su predecesor en todo lo referente a las opciones multjugador, puesto que no hay cambios especialmente reseñables en lo jugable. El nuevo juego viene de salida con seis modalidades, destacando la clásica “Conquista” que tantas satisfacciones nos diera en Battlefield 1. Se retoman modos a la usanza de “Avance”, “TCT: Equipo” y “Dominación”, así como unas “Grandes Operaciones” que vienen a potenciar eficazmente el modo “Operaciones” del anterior título. Y para rematar la faena, en marzo llegará la posibilidad de poder participar en un “battle royale” que promete renovar con contundencia un estilo de juego que cada día coge más y más fuerza.

Lo sensacional es que todo lo que está por llegar, porque se ha planteado como un proyecto a largo plazo, será gratuito. Sin pases de temporada ni DLC alguno con el que tener que tirar de bolsillo: todo el contenido se irá incorporando al juego a coste cero. El mencionado “battle royale”, el modo cooperativo Armas Combinadas, mapas, armamento… Gratis, todo gratis. Ojalá este grandísimo Battlefield V funcione, y que esta política de expansiones se asiente en el sector; aunque comprendemos que los desarrollos que llevan tras de sí unos presupuestos tan desmesurados como el que ahora mismo nos ocupa se deben al DLC de pago para seguir compensando gastos. Aunque si se hacen bien las cosas, Battlefield V podría probar que merece la pena este tipo de esfuerzos.

Con todo lo dicho, a estas alturas deberían sobrar las palabras. Dice y Electronic Arts han producido una de las mejores entregas de esta franquicia, más que capaz de mantenerse fresca a pesar de abrazar de nuevo un conflicto tan manido como el de la Segunda Guerra Mundial. La herencia capitular de Battlefield 1 y su drama, las innumerables posibilidades multijugador y todo lo que está por venir a coste cero hacen de este “quinto” Battlefield uno de los títulos más recomendables de la presente campaña.

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