Tal vez algunos de vosotros hayáis visto «La cabaña en el bosque», una magnífica película en la que las retorcidas plumas de Joss Whedon y Drew Goddard sorprenden al espectador ante lo que a priori parecía ser otra película más de miedo para adolescentes. Pero nada más lejos de la realidad, como del mismo modo ocurriría con el videojuego Until Dawn, que sin mimetizar el hilo argumental del mentado film, supuso toda una sorpresa por parte de Supermassive Games para los amantes del cine de terror más palomitero, presentando toda una serie de tópicos que se retuercen sobre sí mismos para aturdir constantemente al usuario con giros y vueltas de tuerca a cual más genial.

Porque Until Dawn era ─y sigue siendo─ un completísimo homenaje videojueguil hacia la obra del desaparecido Wes Craven, heredando con gracia muchas de las constantes que dieron forma a mitos como «Scream» o «Pesadilla en Elm Street». Tampoco se quedaban atrás las evidentes referencias a las películas de fantasmas o a la intensa franquicia «Saw», siendo en general un popurrí que, lejos de ser caótico, estaba encadenado de manera fenomenal. De este modo, la historia de Until Dawn se convertía en un ejemplar coherente muy capaz de lograr identidad propia, superando lo predecible del género gracias a la firmeza con la que se agarra a su propuesta.

Tan descomunal demostración de talento y, por qué no decirlo, amor por el cine de género, reafirmó al equipo de Supermassive Games como uno de los revitalizadores del terror en los videojuegos, que por aquellos entonces vivía un estancamiento (y que a día de hoy todavía perdura) derivado de la alargada ─y algo plomiza─ sombra de vetustas experiencias en primera persona como Slender o Amnesia. Until Dawn aderezó su cinematográfica narrativa con un punto de vista que evocaba por momentos a clásicos como Alone in the Dark o Resident Evil, a la par que se alejaba de cualquier atisbo de acción mientras daba paso a lo que era toda una aventura de tomo y lomo, bebiendo a su vez de algunas de las mecánicas vistas en la obra de Quantic Dream y Telltale Games, donde se potencia de base una cuidada narrativa sobre la que influiremos a través de determinadas elecciones y algún que otro Quick Time Event.

Toda esta parrafada es para contaros que Man of Medan, el primer juego de lo que será una antología de juegos de terror (The Dark Pictures Anthology), es tal cual un Until Dawn. De principio a fin, el nuevo lanzamiento de Supermassive se mueve sobre el esqueleto de aquel, sintiéndose, contemplándose y moviéndose de forma idéntica. Pero, por supuesto, con otra historia, un guión bien distinto que nos traslada a otra terrorífica situación. En Man of Medan viviremos en concreto la fatídica excursión de cinco amigos, que pasará de ser una apacible jornada de buceo a un terrorífico ejercicio de supervivencia dentro de un barco fantasma.

Como ocurriera con Until Dawn, cada paso que demos será de lo más importante, pudiendo repercutir en el devenir de la relación entre personajes y, más aún, en la finísima línea que separa la vida de la muerte. Todos los personajes pueden vivir o morir, siendo nuestras elecciones las que determinarán su destino. Por lo tanto, el concepto rejugabilidad es más que palpable, ganando muchos enteros si aprovechamos la gran novedad de Man of Medan: el modo multijugador. Y es que, si bien podemos jugar en solitario (tal y como lo hacíamos en Until Dawn), Supermassive Games nos da la oportunidad de jugar con otro usuario en línea o formando un equipo de cinco jugadores locales, recreando una experiencia con claras reminiscencias a otro juego reciente del estudio: Intenciones Ocultas.

Supermassive Games ha hecho muy bien dos cosas en concreto con Man of Medan. En primer lugar, es de justicia mencionar el apartado técnico, y aquí centrarnos en los impresionantes personajes del juego. A nivel audiovisual tenemos ante nosotros un trabajo a todas luces fantástico, destacando que los protagonistas lucen impresionantes, siendo fieles representaciones de los actores que prestan sus voces e imagen. Junto con los fantásticos escenarios, parece que estemos dentro de una auténtica película. El segundo matiz a tener en cuenta es el factor terror. Estos desarrolladores dominan eso del miedo a las mil maravillas (recordemos también Rush of Blood y The Impatient), y Man of Medan lo hace de maravilla, te asusta cuando debe y lo rodea con una ambientación de aúpa (a la que ayuda la sobresaliente banda sonora de Jason Graves). En los momentos fuertes, intentando sobrevivir, el juego se torna cardíaco ante las posibilidades que se nos presentan, debiendo elegir sabiamente nuestros pasos y sabiendo ejecutar los QTE en los instantes de acción. Está todo tan bien realizado que, a pesar de ser lo mejor de la aventura, estaremos deseando que no lleguen nunca.

Dejando de lado la novedad del multijugador, y teniendo en cuenta la similitud con la ópera magna del estudio, de Man of Medan solo puedo quejarme de dos cosas: su duración y el hecho de que, a pesar de poseer unos valores de producción altísimos, se queda un tanto atrás al respecto de Until Dawn, el cual estaba apoyado por Sony Computer (a la que no le tiembla el pulso a la hora de dar soporte a sus exclusivos de PS4). Afortunadamente, ahora los usuarios de Xbox One y PC podrán paladear el buen hacer de Supermassive Games en esto del terror, y encima a un precio de salida extraordinario (se puede encontrar a menos de 25 euros). Con esto, es difícil no decir que Man of Medan es poco menos que imprescindible.

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